LA PAZ/ SANTA CRUZ, Bolivia (DPA/AFP) - Los habitantes de la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra y el resto del país reaccionaron ayer con sorpresa ante la denuncia de triple intento de magnicidio hecha por distintos funcionarios desde La Paz, aunque con datos contradictorios.
El gobierno aseguró que una "banda de terroristas mercenarios" de croatas, irlandeses y bolivianos, tres de los cuales fueron abatidos a tiros, planificó asesinar al presidente Evo Morales, al vicepresidente Álvaro García y al prefecto opositor de Santa Cruz.
No obstante, desde Caracas, Morales había asegurado que en la agrupación "por supuesto no hay bolivianos". "Hay documentos en los que se establece que el prefecto (gobernador, Rubén) Costas estaría entre los blancos, el presidente de la República y el vicepresidente de la República", afirmó el viceministro de Gobierno (Interior), Rubén Gamarra. Gamarra explicó el operativo realizado Santa Cruz, 900 km al este de La Paz, donde la policía abatió a tres sujetos, involucrados en el atentado explosivo de un día antes en la casa del cardenal Julio Terrazas, máximo jerarca católico boliviano, sin causar daños personales.
Los tres individuos, cuyas identidades no fueron precisadas, fueron ubicados en un céntrico hotel de Santa Cruz y posteriormente la Policía decomisó "grandes cantidades de explosivos y armas de grueso calibre", según dijo el comandante de la policía, general Víctor Hugo Escobar.
Otras dos personas fueron detenidas y llevadas a La Paz.
El presidente en ejercicio de Bolivia, Álvaro García, señaló que el grupo "era una banda de terroristas mercenarios crotas, irlandeses y bolivianos".
"Lo que corresponde es averiguar quién financiaba a este grupo de terroristas mercenarios", afirmó García.
Desde Caracas, Morales había señalado que "son mercenarios extranjeros, son irlandeses, húngaros y por supuesto no hay bolivianos".
"Esto parece una película y nos sorprende a los cruceños", dijo Oscar Coimbra, un cruceño de San Aurelio.
Sin embargo, la balacera en el hotel "Las Américas" que está sobre la calle 21 de Mayo, en el norte de la capital del departamento de Santa Cruz, fue concreta y dejó tres muertos, además de dos detenidos. El opositor gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, insinuó que el operativo era un montaje del gobierno para desacreditarlo. "El gobierno viene repitiendo hace tres años un supuesto golpe para derrocarlo y no muestra pruebas´´, dijo Costas quien impulsa la autonomía de su región. Santa Cruz de la Sierra es reconocida en Bolivia como el bastión de la oposición al presidente Evo Morales.
