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Cuando el presidente Obama se reúna con otros 33 líderes del hemisferio en la Cumbre de las Américas el viernes próximo, casi toda la atención de los medios se concentrará en si se producirá un deshielo de las relaciones de Estados Unidos con Venezuela y Cuba. Pero para la mayor parte de los mandatarios presentes, el tema más importante será cómo evitar una debacle económica en América Latina.Los funcionarios estadounidenses a cargo de los preparativos del viaje de Obama a la cumbre en Trinidad y Tobago no esconden su preocupación por el hecho de que, después de seis años de crecimiento económico y reducción de la pobreza –en gran parte gracias a la pujanza de la economía norteamericana y el alza de los precios de las materias primas–, las economías latinoamericanas podrían caer en picada como consecuencia de la crisis global y entrar en un nuevo ciclo de inestabilidad política y económica.La economía de la región caerá un 0,3% en el 2009 después de seis años de un crecimiento anual de más de 5%, según cifras de las Naciones Unidas. El Banco Mundial dice que el número de pobres de la región aumentará en más de seis millones este año. ¿Qué podría ofrecer Obama en esta cumbre que pueda ayudar a Latinoamérica a evitar una crisis económica aún más profunda? Teniendo en cuenta que no podrá ofrecer el significativo aumento de ayuda económica a la región que prometió durante la campaña electoral, Obama debería concentrarse en algunos planes menos grandiosos pero políticamente factibles. Entre ellos se cuentan:• Comprometerse a asegurar que el billón de dólares recientemente prometido por Estados Unidos y Europa al Fondo Monetario Internacional (FMI) para apuntalar las balanzas de pago de países emergentes afectados por la crisis esté disponible para los países latinoamericanos. Los funcionarios estadounidenses dicen que una mitad de esos fondos se ofrecerán a Europa del Este y la otra mitad a Latinoamérica, pero los expertos temen que el dinero sea asignado mayoritariamente a Europa del Este.• Apresurar las negociaciones para incrementar el capital del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de manera que este banco regional pueda aumentar sus préstamos a Latinoamérica. A diferencia de los préstamos financieros del FMI, los del BID se emplean para proyectos de desarrollo, como redes ferroviarias y escuelas.“Esto debería aprobarse rápidamente, este mismo año”, me dijo el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, refiriéndose a la capitalización del banco. “De otro modo, estas negociaciones pueden durar dos o tres años”.• Ampliar los acuerdos estadounidenses de energía alternativa ya existentes con Brasil y Centroamérica para producir conjuntamente etanol y otros combustibles alternativos. En vez de proponer un programa regional, al que Brasil se opone, Obama propondrá varios planes de cooperación simultáneos para producir energías alternativas con diferentes países, según me dicen funcionarios norteamericanos. ANDRÉS OPPENHEIMER Especial para “Río Negro”
ANDRÉS OPPENHEIMER |
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