Domingo 12 de Abril de 2009 Edicion impresa pag. 8 > Regionales
En Chile, el Tren Trasandino no tiene estaciones ni vías
Del otro lado de la cordillera levantaron hasta los durmientes. Para el proyecto, Neuquén se endeudó en 48 millones de dólares. La provincia está construyendo un tramo de 30 kilómetros.

LONQUIMAY, Chile (enviados especiales) - Mientras el gobierno neuquino sigue construyendo vías hacia la frontera, del otro lado de las montañas Chile ya tiene desactivado el ramal a Lonquimay, sin el cual el Ferrocarril Trasandino pierde sentido. Ya no hay nada: ni durmientes ni vías ni estaciones: a partir de 2005 todo fue levantado , destruido por la intemperie o saqueado.

Cuando termine el tramo que ahora está en construcción, hasta el arroyo Covunco, el Estado neuquino se habrá endeudado en casi 190.000.000 de pesos para construir 30 kilómetros de vías y las bases de una denominada Zona de Actividades Logísticas (playa de maniobras, zona primaria aduanera, zona franca y futuro parque industrial).

Los aportes provienen de los bonos en dólares que colocó Neuquén a finales del último gobierno de Jorge Sobisch para financiar un costoso y criticado plan de obra pública. Para este proyecto se asignaron 48.000.000 de dólares; en pesos es una cifra que creció en las últimas semanas por el aumento de la cotización de la moneda estadounidense.

Cuando esos papeles se lanzaron, la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (EFE) de Chile ya estaba levantando el ramal entre Púa y Lonquimay para vender los durmientes y los rieles.

En las ciudades de esa zona de Chile más cercanas a la frontera, como Lonquimay o Malalcahuello, el tren es un recuerdo. Las estaciones se transformaron en algo muy distinto de lo que eran, tanto que cuesta reconocer el edificio desde donde alguna vez llegaron y partieron trenes con vagones de pasajeros y de cargas.

Desde 1965 y hasta 1982 pasaron hasta tres formaciones diarias entre Victoria (al norte de Temuco) y Lonquimay. Llegó a ser uno de los últimos servicios a vapor del continente.

Dos años después se intentó montar un servicio reducido que tampoco prosperó.

Patagonia Ferrocanal es la empresa del Estado provincial que creó Sobisch para administrar los fondos asignados al Ferrocarril Trasandino del Sur, licitar las obras y tentar a inversores. Hasta que emitió los bonos en dólares, entre 2006 y 2007, los aportes para la construcción de las vías y demás instalaciones los hizo el Tesoro; ese dinero fue restituido, según informó la presidenta de la firma pública, Viviana Pesek, que fue nombrada por Sobisch y continuó con Jorge Sapag.

Cuando el actual gobernador asumió dijo que era un despropósito seguir construyendo las vías de un ferrocarril en el que la contraparte, Chile, no demuestra interés, mientras el gobierno argentino cierra tratos para rehabilitar el Trasandino Central, en la provincia de Mendoza.

El viajero que cruza los Andes por Pino Hachado lo puede ver con facilidad: del lado argentino vías relucientes avanzan hacia el norte desde Zapala y en Chile es difícil reconocer el terraplén sobre el que debería cruzar el Tren Trasandino. El túnel Las Raíces, que atraviesa a lo largo de 4,5 kilómetros la montaña, no sólo ya no es ferrocarretero, sino que fue vendido por EFE y ahora funciona, remodelado, mediante el sistema de peaje para el transporte carretero.

Los puentes sobre ríos, arroyos y desagües están literalmente destruidos y en muchos casos los terraplenes fueron ocupados por campesinos.

Pesek defendió la oportunidad de la inversión, a pesar del estado del tendido en Chile. "La traza (entre Lonquimay y Púa) está abierta, sólo que hay que rehabilitarla", dijo. Son 110 kilómetros.

Las obras que se desarrollan ahora terminarán a unos 30 kilómetros al noroeste de Zapala, al borde del arroyo Covunco, muy lejos de la frontera y de Lonquimay, a pesar de la inversión millonaria. Será un tren a ningún lado.

 

MARTÍN BELVIS

martinbelvis@rionegro.com.ar

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