LA PAZ (AP).- Un legislador de la oposición más radical al gobierno aseguró que no volverán al Senado hasta que el oficialismo acepte levantar un nuevo padrón electoral, una exigencia que desafía la huelga de hambre que el presidente Evo Morales emprendió para presionar a la aprobación de una ley que permita convocar a elecciones generales.
El presidente del Senado, Oscar Ortiz, declaró en la ciudad oriental de Santa Cruz, que la oposición no volverá al debate de la ley electoral al menos que el oficialismo acepte una revisión total de los casi 4 millones de empadronados por sospechas de ``irregularidades´´ en su registro.
La Corte Nacional Electoral ha dicho que le resultaría imposible rehacer el padrón a tiempo para cumplir con el mandato de realizar elecciones generales el 6 de diciembre e, interesado en la ejecución de los comicios como está previsto en la Constitución que impulsó, Morales presiona desde el jueves con una huelga de hambre al Legislativo para que emita la ley que active ese proceso.
El ministro de Salud y médico Ramiro Tapia dijo el sábado que la salud del mandatario ``está estable´´ tras dos días de ayuno en los que sólo mastica coca, toma agua e infusiones de manzanilla. Morales no ha dejado de atender asuntos, firma papeles y recibe llamadas pero Tapia le ha recomendado ``reposo´´.
Habitualmente el mandatario inicia su jornada a las 6 de la mañana y la concluye pasada la medianoche pero estos días tuvo que cancelar viajes internos.
El mandatario afirmó el viernes que sus opositores ``saben que puedo ser reelecto y tienen miedo´´ de aprobar la ley electoral, lo cual consideró el único motivo para que atrasen el asunto, los otros argumentos los consideró ``pretextos´´.
Morales aún no confirma que se postulará, pero si lo hace tiene las más altas probabilidades de ser reelegido en diciembre ante una oposición menguada y dividida que por ahora no tiene un candidato que contrarreste el apoyo popular del que goza el actual gobernante. La sesión en que el Congreso debate la ley electoral fue suspendida el jueves.
El vicepresidente Alvaro García, que la preside, convocó para reanudarla ayer pero ante la ausencia de los opositores volvió a aplazarla por unas horas. "Hay una conjura para que no haya elecciones a fin de año, pero habrá elecciones a pesar de ello´´, dijo. García manifestó que la rebeldía de los opositores no podrá ser "indefinida´´.
El oficialismo controla la Cámara de Diputados, la oposición el Senado. Los senadores opositores completan el quórum.
García dijo que dentro de las negociaciones con la oposición el gobierno aceptó la reinscripción de unos 300.000 electores sobre cuyo registro hay dudas.
El gobierno busca asegurar el sufragio de unos 1500.000 bolivianos que nunca antes votaron, pero la oposición duda de la transparencia del empadronamiento de ese grupo.