En Boedo, nadie sabe cómo solucionar la profunda crisis, pero desde ya el panorama es por demás preocupante. Ayer llegó el plantel a Ezeiza, después de la frustrada misión en Potosí, y fue recibido por un grupo de 60 hinchas que insultó a los jugadores de pies a cabeza y que hasta les lanzó proyectiles.
"Que se vayan todos, que no quede ni uno solo", le gritaron y también los inquirieron con un "ahí están, ahí están, los mercenarios que jugaron para atrás".
La situación se tornó más violenta cuando Gonzalo Bergessio, otrora ídolo "santo", repondió a los insultos. Entonces le lanzaron monedazos y hasta una zapatilla al micro que trasladaba a los jugadores. Pasado el mediodía, el clima hostil con el plantel continuó en el Nuevo Gasómetro, en el entrenamiento a puertas cerradas, ya que otro grupo de hinchas intentó ingresar por la fuerza al club y una mujer de 30 años fue detenida por la policía.
Las medidas después de la eliminación en la Libertadores ya se sintieron ayer, porque los dirigentes "cortaron" al capitán Adrián González, Jonathan Bottinelli, Aureliano Torres y Santiago Solari (ver aparte). Por ahora del tema del nuevo técnico no se sabe nada, aunque Diego Simeone no estaría dispuesto a hacerse cargo del equipo y del costo que significará el operativo "limpieza".
La gran pregunta es si Marcelo Tinelli dejará de costear el fútbol azulgrana. Los dirigentes y el mismo Rafael Savino ya le pidieron casi de rodillas que siga, pero el millonario empresario sólo estaría dispuesto a hacerlo si de aquí en más todas las decisiones empiezan y terminan en él.
Ayer por la mañana, custodiados, los jugadores salieron del aeropuerto y subieron al micro, no sin antes sortear los gritos de los hinchas, que pateaban el rodado mientras los acusaban de no dejar todo en la cancha y de jugar sólo por dinero mostrándoles billetes de distinto valor.
"Ahí están, ahí están, los mercenarios que jugaron para atrás", cantó un grupo de diez integrantes de la barrabrava, que le hizo gestos amenazantes a los jugadores en Potosí y aquí.
Russo eludió los agravios pues se quedó tomando un café en Ezeiza. En cambio, su ayudante de campo Hugo Gottardi y el preparador físico Guillermo Cinquetti sí fueron hasta el estadio a buscar sus autos.