Jueces que exploran en la política. Dirigentes gremialistas que no dirigen. Gobernantes que no gobiernan. Difusa e incierta dirección la de Río Negro con semejante embrollo de roles en el Estado y en las instituciones.
El conflicto docente ya no tiene salida simple. El congreso de la Unter ratificó el paro por tiempo indeterminado y clausuró drásticamente la expedición política del juez del STJ, Víctor Sodero Nievas, con un mandato judicial atípico para "encauzar" la situación docente. El vacío de gestión siempre genera flujos y reflujos políticos. Sodero entendió que se requería de su maniobra. Existen razones para actuar. Persiste la morosidad del gobernador Miguel Saiz. Continúa ausente de cada pericia central. Se molestó con el diseño del aumento de 200 pesos para los estatales pero, a las pocas horas, lo hizo propio y lo anunció en inusual conferencia de prensa. El trato docente también tiene dos vertientes: el pensar del mandatario y el de sus funcionarios negociadores. Ambos se acercan y se alejan con igual facilidad e incertidumbre.
La Unter quedó reducida a reacciones anarquizadas y, cada vez, más sujetas a las disputas sectoriales. La conducción de Marcelo Nervi no supo ni pudo construir un sendero válido. Quedó atrapado entre el tiempo, la inercia oficial y la revancha sindical. No se apropió del compromiso de conducir pero, en cambio, encabezó al sector más mayoritario, paulatinamente el más exaltado.
El viernes anterior, Nervi casi se retira de Educación con un plan de descuento: se pagaría la mitad de los días de paro y el resto se devolvería en cuatro meses con la recuperación. El gremialista no quiso ofrecer ninguna garantía y los funcionarios retiraron esa alternativa, que Saiz desconocía totalmente. Fue el momento más cercano. Ese fracaso introdujo, otra vez, la ansiedad de la Justicia. El STJ tiene la impronta de tres individualidades -Sodero Nievas, Luis Lutz y Alberto Balladini- en íntima competencia e inocultables orígenes políticos. Sus actuales diálogos y reuniones refieren a esas viejas preferencias.
Sodero Nievas sólo miró los alrededores, detectando "inacción" oficial y "extremismo" gremial en el conflicto docente. Quiso quedarse con el acuerdo y su logro. Utilizó inicialmente un reclamo de la Unter por la paritaria para alentar un recinto de negociación. Se contactó con funcionarios y, además, se reunió con Nervi. Fue un laborioso trabajo, envidia de cualquier político, y habría logrado un marco de debate si no hubiera sido por un error del abogado gremial, Guerino Curci que se confundió y propuso como mediadora a la defensora del Pueblo, Ana Piccinini. La propuesta correcta era la del adjunto, Ignacio Gandolfi. Aquello fue una provocación y el gobierno derrumbó ese proceso.
La otra intervención sería más audaz. Lutz reniega de judicializar cualquier falencia o ausencia estatal. Rechaza el "gobierno de los jueces". Así lo definió y repitió al abstenerse en el antecedente que entusiasmó en estas correrías a Sodero Nievas cuando estableció pautas al Ipross y al Colegio Médico de Viedma para restituir la cobertura a los afiliados. La gestión de Saiz también ahí replicó dotes de indiferencia, pues acumula un año y medio sin convenio con los prestadores y sin atención por la obra social.
Este precedente alentó el ímpetu del juez para superar este trance. Capturó un amparo planteado por padres que pedían clases para sus hijos y, en dos días, resolvió esa acción cautelar, exigiendo la convocatoria a la paritaria y ordenando que no habrá descuentos de días por parte de Educación ni medidas de Unter mientras persistan las tratativas. Sodero adelantó telefónicamente ese mandato a Lutz y Balladini. Ambos, con reparos, lo apoyaron. Unanimidad ficticia que se diluye ahora cuando se acumulan los obstáculos para su cumplimiento. Sodero Nievas se equivocó al proyectar aquel éxito en la prestación del Ipross en un acuerdo Unter-gobierno. El gremio poco se asemeja a las corporaciones médicas, sensible al calor del poder y de las propuestas económicas.
El juez firmó y actuó -políticamente- para su acatamiento. Parte del gobierno no dudó y adhirió. Incluso, Sodero solicitó al ministro José Rodríguez que Trabajo adelantara un día la paritaria y cumplir así con la celeridad pedida por la Unter. Difícilmente el magistrado entienda hoy que esa gestión fue factor central en la inestabilidad de la negociación en el seno del gobierno, a partir del recrudecimiento de la interna.
Rodríguez comandó esa etapa pos-mandato de Sodero, y Barbeito quedó excluido, con lo cual asumió un papel resistente y poco comprensible por su anterior moderación. Sólo se trata del protagonismo que cada hecho ofrece para cada miembro. Barbeito entendió que parte del oficialismo se adueñó de un presunto proceso superador cuando, hasta esa mañana, tenía a él, al ministro Pablo Verani y al paritario Alejandro Betelú como únicos y penosos actores oficiales. "Unter va a acatar y aceptará, porque le dejé muchas opciones", transmitía Sodero Nievas. Repitió razones cuando se reunió -informalmente- con dirigentes de la seccional de Cipolletti. Eran temerosos de la suspensión de la negociación y la aplicación del descuento de los días de paro. Esta etapa -repetía el juez- puede continuar en la Nación y mantener así la imposibilidad de las quitas. Un enfoque político del magistrado amplio y generoso.
Al regresar de Colombia, Saiz recuperó su intransigencia y comulgó con los lamentos de Barbeito contra la diplomacia asumida por el gabinete al respetar rápidamente el mandamiento judicial. Hoy, el ministro insiste en que la evolución fue superior en el ámbito informal logrado en Educación.
El gobernador pidió redactar una ofensiva judicial. Barbeito y el fiscal Alberto Carosio se reunieron con Balladini. Seguramente, la Fiscalía formalizará mañana un pedido de ejecución de sanciones contra la Unter por el incumplimiento judicial, con sugerencias de astreintes a la dirigencia.
Una decisión mudable aparece con los descuentos. Saiz no tiene dudas y recriminó a los paritarios por qué no se cerraron la paritaria y la negociación, reabriendo la opción de los descuentos. "Evitamos complicar más", le respondió Betelú. Educación mantiene abiertas las liquidaciones. El resquicio judicial se eterniza. Sodero Nievas tomó licencia y regresará a Viedma después de Semana Santa. Balladini también viajaría. Así, Lutz difícilmente someta todas sus convicciones no intervencionistas y recepcione aquel reclamo oficial. Sería beneficar al mismo gobierno que ignora y recorta las facultades presupuestarias de su poder. Quedará todo reducido a las maniobras de la procuradora Liliana Piccinini, quien accionará contra el gremio docente por desconocer el mandato judicial. El gremio reafirmó -inconscientemente- paros y cortes de rutas. Se aleja de los docentes que vuelven a las aulas, por convicción o por necesidad. El gobierno revalida sombras y luces de poder.
El STJ está aprisionado hoy después de un reflejo político, cuando debería hurgar más en sus estatismos judiciales.
Esta inversión no es casual. Es un grave error que la gestión política se desestime o se maltrate. La democracia se nutre de la política. Esa teoría expira cuando el gobierno y el gremio siguen hundidos en una discusión durante un mes y medio. Su política, su actitud, su traza, los muestra estériles e impotentes.
ADRIÁN PECOLLO
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