A Alejandro Moreno el miedo le corre aún por los músculos, por los huesos. El pilar rionegrino fue una de las miles de almas que se llevó el susto de su vida en el terremoto que destruyó la ciudad de L´Aquila y dejó como saldo 280 muertos y 20.000 damnificados.
Uno de estos últimos es Moreno (36 años), que junto con su mujer y Nélida, su beba de nueve meses, alcanzó a escapar de su casa cuando las estructuras comenzaron a ceder. Alejandro se montó al auto y escapó, manejó y manejó hasta llegar a una playa de estacionamiento, donde se refugió un par de días.
Ayer charló con el diario deportivo Olé y contó su horrible experiencia. "No me iba a arriesgar ni arriesgar a mi familia, ahora estoy en Inglaterra y en unos días vuelvo yo solo para tratar de recuperar algunas cosas afectivas, las fotos de la nena, la compu, lo que se pueda", señaló uno de los cuatro argentinos que juegan en el equipo L´Aquila, de los más importantes del torneo italiano.
Los otros son Ivan Corolenco (28), Daniel Rocuzzo y Emanuel Giacopini. La peor noticia para todos ellos fue que el italiano y pilar Lorenzo Sebastiani murió en el terremoto.
La casa de Moreno está en las afueras de la ciudad y se partió al medio, pero sigue habitable. Aunque el primer ministro Silvio Berlusconi diga que deben tomarse el éxodo como si fuera un día de camping, para Alejandro significó perder casi todo. Ahora teme que el ejército tire su vivienda abajo, como optan por hacerlo con las dañadas, para evitar más víctimas con los derrumbes.