CHOS MALAL (ACHM).-Dos grupos que trabajan en pos de la defensa de los derechos, costumbres y la cultura de los crianceros del norte neuquino se juntaron en "defensa de las huellas y alojos históricos", dos lugares que le permiten al campesino trashumante de la zona transitar con sus animales en el primero de los casos y de refugio y descanso en los extenuantes caminos que separan veranadas de invernadas en el otro.
Las huellas históricas de arreo están contempladas en la Ley 1934, pero muchos pobladores haciendo caso omiso alambran los callejones haciendo que los crianceros no tengan otra alternativa que trasladarse por las rutas y despojándolos de una senda por la que han transitado históricamente.
La zona cuenta con unas 60 mil cabezas de ganado y los pequeños crianceros, que se encuentran distribuidos en los departamentos Minas, Chos Malal, Pehuenches y norte de Ñorquín, viven de la crianza de sus animales, el principal recurso con que cuentan, especialmente el chivito.
La Mesa Campesina del Norte Neuquino y Los Crianceros Unidos del Norte Neuquino (CUN) se juntaron el fin de semana en la plaza San Martín y allí confeccionaron carteles con fotografías de los lugares de alojo histórico que están siendo cerrados.
Los organizadores, en diálogo con "Río Negro" mencionaron que "la actividad de ganadería trashumante se basa en una rotación de pastizales naturales entre los campos de invernadas y veranada", que se consideran complementarios dado que ninguno por sí mismo puede garantizar las pasturas con que alimentar el ganado durante todo el año.
Recordaron que en la provincia existen "huellas históricas de arreos" contempladas en la ley 1934 "únicamente para que los crianceros y crianceras transiten con sus animales".
Pese a que la ley está vigente desde el año 1991, "año tras año estas huellas y alojos son cerrados impidiendo el paso y el desarrollo de la actividad trashumante, obligando al arriero a circular por las rutas de tránsito vehicular".
Lugares claves de tránsito y descanso
Tanto los callejones como los alojos son fundamentales en la trashumancia, los callejones porque garantizan el tránsito seguro de los animales por caminos alternativos que no son precisamente las rutas y los alojos porque son los lugares de descanso.
Un tradicional alojo es el situado entre los dos puentes del río Curi Leuvú, a pocos metros del ejido urbano de Chos Malal.
Allí los crianceros pernoctan para salir a la mañana siguiente, a la vez que sus animales descansan y aprovechan el agua para beber.
Así hay muchos a lo largo del camino y la mayoría ofrece agua y pasturas, pero el hecho de que se vayan cerrando alojos y huellas se transforma en un duro revés para las familias dedicadas a la actividad.
Los carteles que se confeccionaron con los lugares de alojo histórico que se están cerrando forman parte de las acciones que se realizan en la región en defensa de los derechos de los campesinos.