Al violento asesinato de una octogenaria de la localidad bonaerense de Quilmes, ocurrido en la mañana del miércoles, se sumó ayer otro crimen de similares características. Esta vez ocurrió en el corazón del barrio porteño de Villa Crespo y la víctima fue una mujer de 88 años, identificada como Rosa Converso.
La mujer, de nacionalidad italiana, era madre del propietario de la tradicional cantina "La Mamma Rosa", ubicada sobre calle Jufré casi Julián Alvarez, a metros de la vivienda donde vivía la anciana. El local funciona allí desde hace más de 20 años.
Fue uno de sus hijos quien, alrededor de las 9 de ayer, ingresó a la casa y descubrió el desorden en todas las dependencias, machas de sangre en un el baño y los pasillos y, finalmente, a su madre muerta a golpes sobre en su habitación, sobre la cama.
Todo indica que los delincuentes ingresaron durante la madrugada y que sorprendieron a la mujer mientras dormía. Los investigadores suponen que buscaban en la casa de Rosa Converso una importante cantidad de dinero en efectivo, posiblemente la recaudación de la noche anterior del local de su hijo. Según informaron, los autores habrían escapado con alrededor de 4.000 euros y objetos de valor que encontraron revolviendo cada rincón de la casa.
Fuentes cercanas a la investigación afirmaron que los autores "actuaron con saña, golpeándola incesantemente".
Los efectivos a cargo de las actuaciones preliminares creen que los delincuentes escalaron por las rejas de un local contiguo (que pertenece a otro de sus hijos), pasaron a un árbol y luego, desde la marquesina de ese comercio, accedieron a una terraza desde la cual saltaron a los fondos de la vivienda. Desde allí, por una ventana, entraron a la casa de la mujer.
Estiman que una vez en el interior, sorprendieron a la anciana en su dormitorio y allí mismo comenzó la golpiza para que diga dónde guardaba el dinero.
La causa fue calificada como "robo seguido de homicidio", a cargo del juzgado de instrucción en lo criminal 29 de la Capital Federal. Personal de la policía Científica trabajó en la casa en busca de huellas dactilares y rastros de los asaltantes.
Un detenido en Quilmes
Ayer, personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes detuvo a un hombre de 34 años que hacía poco tiempo había recuperado la libertad tras cumplir una condena por delitos contra la propiedad.
El sujeto fue detenido como principal sospechoso del asesinato de Delia Pereyra, de 80 años. El crimen de la anciana se descubrió en la mañana del miércoles por un llamado al 911 que daba cuenta de una situación sospechosa en la pequeña casa de calle Yoldi 760, en Quilmes, donde vivía la víctima.
Testigos afirmaron a los investigadores que habían visto salir de la casa a un hombre "con un palo en las manos y las ropas manchadas con sangre". La pista dio lugar a una serie de allanamientos en un complejo habitacional del mismo partido bonaerense y en uno de esos procedimientos lograron la detención del sospechoso. El supuesto palo utilizado fue encontrado en un zanjón.