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BUENOS AIRES (DyN/ABA).- La polémica estrategia electoral que analiza el oficialismo de llevar como candidatos al ex presidente Néstor Kirchner, al gobernador Daniel Scioli y a intendentes en las legislativas del 28 de junio, se intensificó ayer con duros cuestionamientos de todo el arco opositor y del vicepresidente Julio Cobos.

El radicalismo anunció que impugnar la eventual candidatura de Scioli, si decide finalmente postularse. "En caso de concretarse la presentación de su candidatura a diputado nacional, la UCR lo impugnará por estafa", adelantó el titular de la UCR, Gerardo Morales. "Es claramente una maniobra para tergiversar las elecciones libres", añadió.

La iniciativa fue rechazada también por constitucionalistas que la calificaron como una "burla" a la "voluntad popular" y explicaron que si un candidato manifiesta anticipadamente que, una vez electo, renunciará al cargo para el que se postuló "puede ser impugnado". (Ver abajo)

Advertido de sondeos desfavorables, el ex presidente Kirchner tendría decidido postularse junto al gobernador Scioli, para arrastrar la mayor cantidad de votos posible, aunque ambos luego resignen sus bancas, en favor de quienes figuren a continuación en las listas.

Se trata de un nuevo giro perverso de la política utilizada desde la cabeza del poder y en desmedro de los ciudadanos, que de suceder como lo planea Néstor Kirchner acudirán a las urnas para votar una cosa pero luego observarán que sucede otra.

El expresidente arrastró ahora a los intendentes bonaerenses del PJ hacia una estrategia arriesgada: quiere que pongan el cuerpo en la elección legislativa candidateándose a concejales en sus distritos, los más poblados del país y donde espera sacar la ventaja en los comicios que ya sabe que no obtendrá en otras provincias. Apunta todas sus fichas a la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 37% de los votos del país.

La medida, basada en una simulación, ya que según pudo saber "Río Negro", la mayoría de los jefes comunales peronistas aceptarán el desafío, aunque ya existe resistencia en algunos de ellos que consideran que el plan es demasiado peligroso y sobre todo desgastante.

"En mi distrito no hace falta que yo me candidatee. Esto es el segundo cordón del conurbano, otro país, Kirchner gana sin necesidad de que yo tenga que exponerme tanto", se quejó ante "Río Negro" un poderoso jefe comunal bonaerense.

Los intendentes, e incluso el propio gobernador Scioli, son conscientes que deberán hacer campaña pagando el costo de explicar ante el electorado que no asumirán en sus cargos legislativos pasados los comicios.

Scioli basará su discurso en la necesidad de plebiscitar su gestión en medio de una crisis internacional: "Vamos a salir a decir que necesitamos que nos voten para tener los diputados necesarios que garanticen la gobernabilidad", explicó un asesor del gobernador.

Los ideólogos

La nueva estrategia electoral fue ideada por el propio Kirchner, quien contó con el asesoramiento del vicegobernador de Buenos Aires, Alberto Balestrini; el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra; el intendente de José C. Paz, Mario Ishii; y el ministro del Interior Randazzo.

El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien será su compañero en la cabeza de lista, aceptó de inmediato el reto de forzar a los poderosos intendentes a plebiscitar sus gestiones, una acción inédita en la historia ya que en la elección, en rigor, sólo deben elegirse cargos legislativos a nivel nacional y distrital.

Kirchner aceleró su plan a principios de esta semana. Las últimas encuestas que le llevaron a Olivos le mostraron que su ventaja sobre el candidato del PJ disidentes, Francisco De Narváez, era demasiado estrecha, contaron a "Río Negro" fuentes del Gabinete.

Es por eso que el martes pasado decidió pedirle a Scioli que se candidatee a diputado, y solo un día después forzó a los intendentes del conurbano a protagonizar la aventura electoral.

El santacruceño quiere que los jefes comunales se involucren personalmente en los comicios para evitar que muchos de ellos no "jueguen" a fondo en los comicios o, lo que es peor para él, que lo apoyen solo de manera superficial mientras pactan por lo bajo con el PJ opositor.

El miércoles pasado, los principales intendentes del conurbano se reunieron con Scioli en la localidad bonaerense de Lanús, donde compartieron un acto. Allí plantearon sus dudas y terminaron aceptando a regañadientes la nueva orden de Olivos.

A pesar de que el oficialismo instaló la idea en los medios de que hay consenso absoluto sobre el nuevo plan, varios intendentes del PJ ponen reparos a candidatearse.

Uno de los que se plantó en Lanús, por ejemplo, fue el poderoso jefe comunal de Berazategui, Ricardo Mussi, quien tratará de evitar una candidatura personal aunque es probable que postule a alguien de su familia para que su apellido figura en las boletas: su hijo, Juan Patricio, es secretario de gobierno de su municipio.

Esa estrategia podría adoptar también uno de los intendentes más cercanos a Kirchner, Alberto Descalzo, quien ayer se negó a declarar públicamente que será candidato: "Falta mucho para el cierre de listas", argumentó a los amigos que lo llamaron para conocer su decisión.