"Tengo que cortar algunos problemas de raíz""
"A muchos les da lo mismo ganar, perder..."
"Voy a poner muchos pibes porque esto ya no da para más".
La ira de Américo Gallego traducida en palabras, tras la goleada que le propinó Lanús (1-5) el día de su vuelta a Independiente, prometía un lunes muy caliente. "Mañana a las 9:30 estoy formando otro equipo", había amenazado del domingo desde el vestuario goleado de la cancha "granate". Y ayer, en esa práctica, todos los jugadores titulares estuvieron sentados en el banco de suplentes del predio "rojo" de Villa Domínico, casi sin hacer trabajo alguno, por lo cual Gallego trabajó con otros futbolistas.
El DT paró un equipo integrado por Adrián Gabbarini; Mariano Viola, Damián Ledesma, Juan Caracoche, Matías Di Gregorio; Hernán Fredes, Diego Gavilán, Patricio Rodríguez; Federico Higuaín; Darío Gandín y José Moreno. Aún con las consignas firmes hacia los jugadores, no se escucharon reproches como los que el domingo desparramó el entrenador a los jugadores que estuvieron en la cancha de Lanús.
Si bien no es medida el equipo que presentó ayer en el entrenamiento, se especula con cuatro o cinco cambios para el partido del fin de semana próximo ante Huracán.
Al menos hay una ausencia segura que es la de Lucas Pusineri, por acumulación de amarillas, pero también Lucas Mareque apunta a salir del equipo.
Eduardo Tuzzio, el defensor recién llegado a Independiente, considerado como fundamental por Gallego, no llegaría al partido ante Huracán por su desgarro en el isquiotibial izquierdo y recién estaría ante Colón. Otro de los jugadores que podría salir es Leonel Núñez, y su lugar en el ataque podría quedar en manos de Gandín o Pepe Moreno.
Tras la práctica, Daniel Montenegro confió que Gallego no les habló a los futbolistas tras el partido pero admitió que el técnico "es temperamental y lo que tiene que decir lo dice".
Gallego, sostuvo Montenegro, "es una persona que expresa en el momento lo que siente y creo que lo que dijo fue por una calentura del momento, después se verá". Por ahora, Gallego optó por el silencio. Al fin y al cabo, ya lo dijo todo.