PRAGA.- El presidente estadounidense Barack Obama y los líderes de la Unión Europea (UE) concluyeron ayer su cumbre en Praga llamando a una acción conjunta para enfrentar los desafíos globales, dejando atrás recientes tensiones entre Washington y sus aliados en el Viejo Continente.
Obama aprovechó la cumbre de un día para exponer las visiones sobre política exterior de su administración, y le manifestó a los 27 miembros del bloque que Washington tendrá un activo papel en combatir el cambio climático y lidiar con la actual crisis económica. "Europa y Estados Unidos son más fuertes cuando estamos juntos", aseveró Obama.
El presidente de turno de la UE Mirek Topolanek dijo que la visita del mandatario a Praga era "un símbolo del nuevo nivel de las relaciones europeo-estadounidenses". Sin embargo, en declaraciones en la cumbre, Obama también subrayó que espera algo a cambio por parte de Europa, indicando que la UE debe tomar medidas para superar sus diferencias sobre la aceptación de prisioneros de Guantánamo.
"Una fuerte asociación requiere responsabilidad compartida", reclamó Obama. Esto servirá para asegurar que se tomen acciones para ayudar a aquellos que han sido más golpeados por la crisis económica, a la vez que prometió superar la brecha entre Estados Unidos y Europa por el calentamiento global.
Además, como una demostración de la nueva determinación por actuar en forma más concertada en temas globales, EE. UU. y la UE condenaron unánimemente el lanzamiento de un misil por Corea del Norte y llamaron a Pyongyang a poner fin a su "comportamiento amenazante".
Obama reiteró además su compromiso de cerrar la base de Guantánamo en enero del año próximo, y señaló a los participantes del encuentro que ese objetivo será mucho más fácil de alcanzar si los países miembros de la UE trabajan con Washington para aceptar la transferencia de algunos detenidos. (AP/DPA)