WASHINGTON, Estados Unidos (AP).- Familias que viven en un barrio para casas rodantes no podían recuperarse ayer del impacto sufrido luego que uno de sus vecinos asesinara a sus cinco hijos en su vivienda, y luego se suicidó, a algunos kilómetros de distancia. "¿Cómo pudo haber ocurrido algo semejante?", se preguntó Mary Ripplinger, cuyos hijos jugaban con los niños asesinados.
Un familiar visitó el sábado la casa rodante de la familia en el parque Deer Run y no logró que le abrieran la puerta. Tras espiar por una ventana y observar que uno de los niños yacía inmóvil en una cama, el familiar llamó a la policía.
Policías del condado de Pierce ingresaron a la vivienda situada a 24 kilómetros al sureste de Tacoma y encontraron a cuatro menores asesinados en sus camas y al quinto asesinado en el baño. Las cuatro niñas y el menor de los hijos, un niño de siete años, fueron asesinados a balazos. "Esto no es una tragedia. Estos son asquerosos asesinatos", dijo el policía Paul Pastor. "Esto parece ser la terrible obra del padre biológico. Si esto no destroza el corazón, ignoro qué otra cosa puede hacerlo".
En horas previas del sábado, la policía halló al padre muerto dentro de su automóvil en marcha, cerca del Casino Muckleshoot, en Auburn.