Domingo 05 de Abril de 2009 Edicion impresa pag. 28 > Internacionales
Nuevo golpe al equipo económico de EE.UU.
Summers, estratega del rescate de bancos, ganó millones al trabajar para ellos. Otros funcionarios de Obama tendrían similares conflictos de intereses.

WASHINGTON - Varios colaboradores del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ganaron anteriormente millones de dólares en el sector privado, informó ayer el diario "Washington Post", llevando un nuevo dolor de cabeza a la Casa Blanca por supuestos conflictos de intereses.

Su asesor económico Lawrence Summers ganó el año pasado 5,2 millones de dólares (3,8 millones de euros) por un hedge-fund (fondo de alto riesgo) y otros 2,7 millones dólares (2 millones euros) por conferencias para firmas financieras de Wall Street. "Summers, jefe del consejo económico nacional, parece haber tenido los mayores ingresos", indicó el diario. Agregó que entre los bancos que le pagaron entre 45.000 y 135.000 dólares por conferencia hay varios afectados por la crisis financiera.

La información se ha obtenido después de que la Casa Blanca hiciese públicas las declaraciones de la renta de algunos de los más cercanos consejeros de Obama.

Antiguo secretario del Tesoro durante la Administración de Bill Clinton y ex presidente de la Universidad de Harvard, Summers trabajó a tiempo parcial como director ejecutivo de D. E. Shaw tras dejar esa universidad. Cuando Obama ocupó la Casa Blanca el 20 de enero, Summers se convirtió en su consejero económico.

Además de los significativos ingresos provenientes de Harvard, el consejero cobró por conferencias, 67.000 dólares de J. P. Morgan; 45.000 de Citigroup; 135.000 de Goldman Sachs y 67.000 de la hoy difunta Lehman Brothers, que quebró durante la crisis de las hipotecas de 2008.

También cobró 90.000 dólares por otra conferencia ante miembros de una organización de bancos mexicanos. En 2006, Summers se convirtió en director ejecutivo de D. E. Shaw, uno de los mayores fondos de riesgo del mundo con activos por más de 30.000 millones de dólares.

Como presidente del Consejo de Asesores Económicos, Larry Summers es quien lleva la voz cantante en las políticas adoptadas por la Administración Obama para revertir la recesión que sufre Estados Unidos, reconstruir el sistema financiero y ayudar a salir de la crisis global.

Obama se comprometió durante su campaña electoral a cerrar el acceso de los lobbies a la Casa Blanca en un intento de reducir cualquier influencia de las grandes corporaciones sobre el ejecutivo. Esta declaración de principios no afecta a Summers ya que nunca estuvo registrado como tal.

El portavoz de la Casa Blanca, Ben LaBolt, aseguró ayer que estos pagos no representan un conflicto de intereses ya que Summers es "uno de los más distinguidos y reconocidos economistas del país". "Por supuesto", añadió LaBolt, "desde que se unió al equipo de la Casa Blanca cumple con todas y cada una de las estrictas normas que se exigen a todos sus empleados y no tendrá nada que ver con nada que afecte a D. E.Shaw durante dos años".

Las ganancias de otros altos cargos de la Administración también se hicieron públicas en un gesto de transparencia.

Así, David Axelrod, principal consejero de Obama, declaró un salario en 2008 de casi 900.000 dólares de su consultora AKP&D, otros 500.000 de beneficios por ser socio y otros 152.000 dólares de otra compañía suya, ambas vendidas por tres millones de dólares antes de unirse a Obama. El asesor de seguridad nacional James Jones obtuvo 1,1 millones de dólares por su labor en los consejos de supervisión de cinco empresas, entre ellos el fabricante de aviones Boeing, que también abantece a las Fuerzas Armadas. Además obtuvo centenares de miles de dólares por asesorías.

El gobierno de Obama ya ha enfrentado varios problemas para conformar su equipo económico. Antes de asumir, tuvo que renunciar el titular de Comercio, Bill Ricardson, por un conflcito de intereses. Obama también perdió a dos de sus candidatos de alto perfil por problemas de impuestos: el senador Tom Daschle, a quien había nominado para la Secretaría de Salud, y Nancy Killefer, a quien quería para encabezar la oficina para la Reforma y Supervisión del Presupuesto y el Gasto Público.

 

DPA/"EL PAÍS"

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