Racing, sin fútbol, sin ideas pero con un corazón grande como su estadio, venció a River 1 a 0, en un partido correspondiente a la octava fecha del torneo Clausura. El único gol del partido lo marcó el delantero Pablo Lugüercio, a los 17 minutos del primer tiempo.
Los primeros minutos fueron realmente parejos, porque los dos corrieron demasiados, metieron en todos los sectores y se dedicaron a jugar poco y nada. La primera de Racing cayó a los 13, con un centro que descendió desde el sector izquierda pero que conectó mal de cabeza Lugüercio. Pero cuatro minutos después el "Payaso", uno de los ídolos de la gente, empujó al gol una pelota que quedó boyando en el área "millonaria" para delirio de las miles de sufridas almas "académicas".
Racing era mejor por la presión que metía en el campo ajeno, y por eso tuvo dos chances más antes de los 25: una con un disparo de Leandro González que exigió los reflejos de Mariano Barbosa, la otra con una volea que no conectó bien Pablo Caballero.
River no le encontraba la vuelta al juego, pero igual pocos minutos después tuvo dos claras situaciones. La primera con un gran tiro libre de Matías Abelairas que sacó al corner en forma brillante Migliore, e inmediatamente una salvada providencial cuando acechaba el "Ogro" Cristian Fabbiani.
Desde ahí y hasta el descanso el trámite fue muy parejo, con un par de situaciones por lado. La más clara la tuvo Racing y otra vez en los pies de González, que en una contra perdió en el mano a mano con Barbosa.
En el inicio del segundo tiempo River se adelantó en el campo de juego y Racing se retrasó demasiado, muy cerca de su propia área. A los siete minutos tuvo el empate Abelairas, pero remató mal, luego Buonanotte, pero lo trabaron. Racing se paraba tan cerca de su arquero que los de Núñez cruzaba la mitad de cancha y la sensación que podían marcar un gol estaba más latente que nunca.
Con el correr de los minutos, Racing decididamente se metió atrás, empezó a hacer tiempo, sus jugadores ante la menor falta se tiraban al piso para hacer correr el reloj, todo ante la mirada de un árbitro como Collado que no hacía nada para evitarlo. Con Marcelo Gallardo en cancha River, fue más claro y los minutos finales fueron un suplicio para Racing, porque se quedó con diez por la expulsión de Caballero.
En los últimos segundos tuvieron el empate Rosales y Fabbiani, pero apareció Migliore para salvar a Racing y desatar una locura en Avellaneda, con miles de hinchas abrazados a una ilusión, la de quedarse en primera división.