ROMA (AFP) - Cientos de miles de manifestantes se concentraron ayer en el centro de Roma para reclamar al gobierno de Silvio Berlusconi más medidas sociales en su plan anticrisis, constató la AFP.
Esta manifestación, convocada por la principal confederación sindical del país, CGIL (izquierda), en la gran explanada del Circo Máximo, contó con la presencia de varios líderes de la izquierda italiana, entre ellos el líder del Partido Democrático (PD), Dario Franceschini.
Los participantes llevaban pancartas donde podía leerse "Contra la crisis defendamos al futuro" y donde se tildaba a Silvio Berlusconi de "nuevo Mussolini".
El líder de CGIL, Gulgliemo Epifani, reclamó al gobierno "una verdadera mesa redonda (...) para hacer frente a la crisis de una forma seria, ordenada y coherente".
"Hay demasiada diferencia entre lo que hace el gobierno y lo que debería hacer", afirmó, entre aplausos de los manifestantes. "Se tiene que continuar con la lucha contra los paraísos fiscales e imponer una cultura de moralidad en la atribución de los grandes salarios y de las grandes primas. No es justo que un gerente gane dos mil veces más que un joven aprendiz o un trabajador precario", agregó Epifani.
Según afirmó un portavoz de la organización de la marcha, "muchísimos inmigrantes y estudiantes" se unieron a la manifestación que partió del este de la ciudad.
El sindicato reivindica con la manifestación salarios más altos para los trabajadores, más cobertura social para los ancianos, más estabilidad para los empleados precarios y una "política de verdad contra la crisis".
Franceschini afirmó que era su deber "estar al lado de los trabajadores", que piden respeto para sus derechos, que tienen "miedo de perder su puesto de trabajo".
"Donde hay un trabajador, un pobre o un desempleado, ahí debe haber un progresista: y por lo tanto me manifestaré", anunció Franceschini.
A la protesta se unieron otros grandes nombres del centro izquierda italiano, como el del ex primer ministro, Massimo D´Alema, o el ex ministro Pier Luigi Bersani.
Los cinco cortejos de manifestantes procedentes de los alrededores de Roma llegaron al Circo Máximo, bien temprano, durante la víspera.
La enorme explanada y las calles adyacentes se llenaron con todos los participantes para seguir las intervenciones de los líderes sindicales. Por esas primeras horas de la mañana, ya unos 200.000 manifestantes animaban la resistencia al plan oficial.