Miguel Russo respiró cuando, a los 20 del complemento, el "Cuqui" Andrés Silvera estampó el 1-1 que terminó poniendo cifras definitivas al choque con Arsenal (10), en Sarandí.
Es que fue el primer partido de San Lorenzo (10) después del mediático culebrón que tuvo en el centro de la escena a un Russo que ayer sufrió el hostigamiento de la hinchada. En la otra vereda, Arsenal sumó después de tres derrotas al hilo y el otro que encontró algo de paz fue Garnero.
De nada le sirvió al "Santo" el receso, ya que tuvo un funcionamiento tan malo como el de los partidos desencadenantes de la crisis. Delanteros aislados, una línea media sin juego ni presión y una defensa muy permeable fue la síntesis del equipo de Russo durante la primera parte.
El resultado, una derrota parcial que comenzó a perfilarse desde el tercer minuto cuando Franco Jara asistió a Luciano Leguizamón para el gol. Otra buena tarea de Hilario Navarro impidió que la ventaja local fuera más amplia durante la primera parte. El arquero le ahogó los gritos a Federico Poggi (dos veces) y a Leguizamón, quien además estrelló un tiro libre en el travesaño.
En el arranque del complemento, nuevamente Navarro salvó lo que parecía gol de Jara. El pecado de dilapidar tantas facilidades tuvo un altísimo costo para Arsenal y San Lorenzo, con fortuna y sin merecerlo, se encontró con el empate.
El "Papu" Gómez conectó un córner desde la derecha, Bianchi Arce peinó la pelota en el primer palo y Silvera la tomó de volea para sorpresa de Campestrini.
De ahí hasta el final, Arsenal se dejó vencer por el nerviosismo y San Lorenzo, con la cabeza en el vital compromiso del jueves por la Libertadores, se conformó con un punto que, al menos, le dio algo de tranquilidad.
