Viernes 03 de Abril de 2009 Edicion impresa pag. 4 > Nacionales
Un reconocimiento tardío con mensaje político
"Democracia y honestidad" -coinciden los analistas- fueron los valores rescatados por la multitud que dio el último adiós a Raúl Alfonsín. ¿Reaccionará la clase política ante el mensaje?

BUENOS AIRES (ABA) . - "¡Hay que morirse para que te reconozcan!" fue la reacción espontánea en la que coincidieron el sociólogo José Enrique Miguens y el politólogo Santiago Lacase, cuando "Río Negro" les pidió una interpretación acerca de la enorme multitud que concurrió a despedir a Raúl Alfonsín.

Y aunque no todo fallecimiento de una persona pública puede provocar una reacción similar, Miguens insistió en profundizar en la afirmación que encabeza esta nota para el caso de la Argentina: "Lo mismo ocurrió con (René) Favaloro o (Arturo) Frondizi... pero vayamos al caso de Alfonsín. Si la presidenta -como dijo su esposo- tanto lo admiraba: ¿porqué nunca lo consultó, ni lo convocó? En cualquier país del mundo a los ex mandatarios se los tiene en cuenta. Se le hizo un homenaje a Alfonsín cerca de su muerte, pero nadie lo escuchó cuando pedía terminar con los enfrentamientos".

Lacase observó que en casi todos lados existen evocaciones post- mortem, pero en el acompañamiento a Alfonsín uno de los mensajes que dejó la gente fue el alto respaldo que sigue teniendo la democracia.

"A pesar de algunos estudios que reflejan cierto declive, en Latinoamérica se sigue privilegiando a la democracia como sistema".

Y según Lacase hubo más señales, que tanto el oficialismo como la oposición deberían tomar en cuenta: la necesidad de mayor diálogo y consenso.

Miguens comparte: "Que hayan asistido personas de todos los sectores y clases sociales, dejando las banderías políticas en segundo lugar, se traduce en que la demanda es terminar con las peleas y la división entre ´buenos´ y ´malos´; acabar con la prepotencia en la que suele incurrir la actual administración".

Recordó también Miguens que Alfonsín en momentos trascendentes se reunía con integrantes de otras fuerzas (como durante la rebelión carapintada de Semana Santa), y en ese comportamiento se reflejan dos conceptos a rescatar: Convivencia y democracia. Sin embargo, el académico de 89 años - autor de "Democracia Práctica"-, advirtió que hay que tener cuidado: "Este es un país muy veleidoso, el argentino es complicado y difícil porque no ocurre como en Uruguay y Chile donde el diálogo entre los ex presidentes es lo habitual".

¿Y ahora?

Lacase enfatizó en lo que deja el emotivo adiós a Alfonsín para el futuro próximo. "La sociedad demanda valores como la honestidad, hay que ver cual es la respuesta de la clase política; el peligro es que todos quieran capitalizarlo diciendo que se identifican con Alfonsín, aunque corren el riesgo que la gente pueda diferenciar".

Habiendo sido Alfonsín un líder histórico de la UCR, ¿tiene el eco popular que ver con un retorno a los partidos políticos?

Lacase considera que no. La sociedad realzó los conceptos mencionados, e individualidades o referentes (Alfonsín concretamente); pero en la movilización se notó que lo partidario no fue predominante (el consultor de Burson Marsteller destacó que en 1983 los partidos políticos tenían un 80 % de aprobación la cual descendió actualmente a menos de un 20 %).

"Ese es un aspecto pendiente, será cuestión de las estructuras que puedan recuperar la confianza que la sociedad les fue perdiendo", concluyó Lacase.

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