RIO NEGRO WEB
REGISTRARSE
TITULOS SECCIONES SUPLEMENTOS OPINION CLASIFICADOS SERVICIOS NUESTRO DIARIO PRODUCTOS ONLINE RSS RSS
  Viernes 03 de Abril de 2009  
  Edicion impresa pag. 21 » Debates  
  Entre el lenguaje del apostolado y el imperativo de la modernización  
En la recuperación democrática fueron los radicales -y en especial Alfonsín- quienes mejor interpelaron a la sociedad. Sus ideas.
  AMPLIAR texto REDUCIR texto Imprimir Nota Enviar Nota por e-mail
 
  Click para ver más fotos
 
 

Octavio Amadeo, un político conservador del "antiguo régimen", sostuvo en 1916 que había en la Argentina dos tipos de caudillos: "los que dominan a las multitudes en conjunto, como Mitre y Alem, y los que captan a los individuos aisladamente, uno por uno, como Hipólito Yrigoyen, Máximo Paz y Marcelino Ugart". (Octavio Amadeo, "Política", 1916)

Los primeros, proseguía Amadeo, eran generalmente buenos oradores, asiduos frecuentadores de mitines que poseían la virtud de convertir cada tribuna en un púlpito. Los segundos evitaban el contacto con las multitudes; eran más bien hombres de acción que de pensamiento. Sin embargo, su poderío sobre los hombres se establecía en los rincones más íntimos de las tertulias políticas, en el "mano a mano".

¿Dónde ubicar entonces el estilo y la sensibilidad política de Raúl Alfonsín? El ex presidente fallecido, tengo la impresión, era un hombre que reunía ambas cualidades, alguien que ejerció un magnetismo "misterioso" en quienes lo trataron personalmente pero que subido a un palco se convertía en un tribuno popular capaz de inflamar el corazón de los argentinos. ¿Cómo no recordar sus discursos de la campaña electoral de 1983 en que concluía recitando, a la manera de un rezo laico, el preámbulo de la Constitución nacional?

Hablemos, por lo tanto, de su discurso. Éste será el propósito de esta nota: situar a Alfonsín en el campo de las ideas.

 

Moral y sufragio

 

A fines de 1983, la sociedad argentina iniciaba un camino de recuperación de la democracia. Comenzaba a superar el quiebre civilizatorio que había sufrido como consecuencia de la violencia política desatada por las formaciones guerrilleras y del más cruel terrorismo de Estado. Se trataba, en definitiva, de restaurar "la República perdida".

En ese contexto particular fueron los radicales -y en especial Raúl Alfonsín- los mejor preparados para interpelar exitosamente a amplios sectores de la sociedad argentina. En ese momento de la vida política del país, los radicales no tenían más que recurrir a su tradición partidaria para elaborar una propuesta política en consonancia con la demanda de la sociedad de restaurar el Estado de derecho. "Mucha gente (sostuvo Alfonsín en esa circunstancia) no sabe qué significa vivir bajo el imperio de la Constitución y la ley, pero ya todos saben qué significa vivir fuera del marco de la Constitución y la ley". (Raúl Alfonsín, "Qué es el radicalismo", 1983).

El radicalismo yrigoyenista que reivindicaba Alfonsín había surgido a la vida política del país como una restauración republicana.

En la narrativa histórica contada por los radicales, el país había pasado por tres etapas: la independencia, la organización nacional y la reparación. Después de la independencia y de la etapa de la organización nacional el país había sufrido una caída, el régimen, período que comenzaba para los radicales con Roca, en 1880.

La llegada de Hipólito Yrigoyen al poder, en 1916, dio inicio a la reparación, tercera etapa de la vida nacional. La reparación implicaba una condena total del régimen y una refundación de la República a partir de la recuperación de la Constitución sancionada en 1853. Por eso Yrigoyen sostuvo, en el marco de la campaña electoral que lo llevó a la presidencia, que su programa de gobierno era el programa de la Constitución.

Con esa historia, entonces, se entrelaza el relato histórico construido por Alfonsín. Nuevamente, después de 53 años de inestabilidad democrática -estamos en 1983- se trata de refundar la República, de restaurar "el imperio de la Constitución y la ley".

El discurso de Alfonsín, en este sentido, no era para nada novedoso. Sin embargo, pronunciado en ese contexto particular resultó todo un éxito.

En toda la historia de la Argentina constitucional, sostenía, no existe "un punto de referencia más claro y preciso que Hipólito Yrigoyen". Recordemos. Yrigoyen sostuvo que había que hacer del ejercicio cívico una religión política.

Ciudadanía y religiosidad quedaban, de esta manera, entrelazadas, adquiriendo la tarea política la forma de un apostolado. En la estela discursiva del republicanismo clásico, entonces, la política necesitaba de moral y sufragio para ser exitosa. A eso se circunscribió la propuesta yrigoyenista que muchos años más tarde Alfonsín hizo suya. Arturo Illia y Ricardo Balbín formaban parte, por cierto, de esa misma tradición partidaria. "Su misma casona de La Plata (dijo Alfonsín de este último), sus viejos muebles, eran de por sí una tremenda crítica que el régimen no podía soportar".

Además, Alfonsín construiría su discurso cuestionando los métodos violentos de las elites de derecha e izquierda, tomando distancia de lo que él llamó el guerrillerismo y el golpismo. "Los montoneros (afirmaba) no se proponían implantar una dictadura, implantar su propio orden sin protagonismo popular, por un corto lapso. Y Pinochet no llegó al gobierno de Chile para gobernar unos meses. No se mata a miles de personas pensando en un momento fugaz sino en algo parecido a la eternidad (el destacado es de Alfonsín)".

Así, su discurso proponía reconstruir o más bien construir, debemos decir, un espacio político signado por el pluralismo democrático. Alfonsín le propuso a la sociedad argentina dejar atrás ese pasado de decadencia en que la Constitución y las leyes habían sido subvertidas en más de una ocasión por "minorías armadas". Y la sociedad lo acompañó, entusiastamente.

 

Modernización y ética de la solidaridad

El 1 de diciembre de 1985 Alfonsín pronunció un discurso ante el plenario del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical. Pasó a la historia como el discurso de Parque Norte. Repasemos, para finalizar, algo de lo dicho por Alfonsín en esa oportunidad.

Su propuesta consistió en un proyecto que debía articular tres principios: participación, modernización y ética de la solidaridad. "Frente al fracaso y al estancamiento (afirmó entonces) venimos a proponer hoy el camino de la modernización. Pero no lo queremos transitar sacrificando los valores permanentes de la ética. Afirmaremos que sólo la democracia hace posible la conjugación de ambas exigencias. Una democracia solidaria, participativa y eficaz capaz de impulsar las energías, de poner en tensión las fuerzas acumuladas en la sociedad".

En este discurso, asimismo, Alfonsín habló de la necesidad de construir "una nueva voluntad colectiva democrática" y lo hizo pensando en la tradición yrigoyenista que consideraba el radicalismo no como un partido sino como un movimiento. Un movimiento que poseía la capacidad de expresar al conjunto de la nación. El hegemonismo, de esta manera, reaparecía una vez más. Por esos años, debemos recordar, sus seguidores llegaron a definir el alfonsinismo como el tercer movimiento histórico.

Pero también puede encontrarse en este pasaje de su argumentación una reminiscencia gramsciana. En su momento, Gramsci había hablado de construir una voluntad colectiva nacional-popular. Los comunistas italianos debían ayudar a construir esa voluntad y al mismo tiempo expresarla. El discurso de Alfonsín recorrió un camino argumentativo muy parecido.

"En virtud de su tradicional rechazo a las concepciones dogmáticas y sectarias (sostuvo en Parque Norte), el radicalismo está en condiciones óptimas para convertirse en el instrumento político y social capaz de asumir y encarnar con flexibilidad las exigencias de la sociedad en transformación, de la sociedad que marcha hacia una nueva etapa productiva y organizativa".

Para quien haya leído un poco de Gramsci resulta evidente cómo Alfonsín también estaba pensando en el teórico italiano cuando definía en estos términos el papel que debía cumplir el radicalismo en relación con la sociedad argentina. Por lo demás, resulta conocido su estrecho vínculo con los intelectuales gramscianos que en los años ´80 se reunían en el Club de Cultura Socialista.

Hoy puede considerarse que ese concepto de voluntad colectiva democrática contradecía el espacio pluralista que se proponía construir ya que no había posibilidad de oponerse a ella y, si sólo el radicalismo la expresaba, no quedaba otra alternativa que hacerse radical. Sin embargo, esto no fue vivido de esa forma en aquellos días.

¡Ha muerto Alfonsín! En la historia del radicalismo debemos remontarnos a la muerte de Yrigoyen para encontrar una manifestación de dolor popular similar. No será fácil para los radicales reemplazarlo.

 

Por MARCELO PADOAN

mpadoan@fibertel.com.ar


Haga su Comentario
 
Los comentarios que aparecen a continuación son vertidos por nuestros lectores y no reflejan la opinión de la Editorial Río Negro S.A. Los comentarios se publican sin editarlos y sin corregirlos.
Nos dejo su opinión
 
 
 
Alternativ@s en Facebook Encontranos en Facebook
Alternativ@s es el espacio para que organices tus salidas culturales, conozcas a los artistas de la región y mucho más. Ingresa.
Salud
  Violencia de género: Noticias que salvan vidas Amnistía Internacional lanzó en Argentina un manual para el abordaje periodístico sobre el tema.
Salud
  Por la licenciada Laura Collavini
La prioridad de quien viene por la derecha es ABSOLUTA a menos que haya indicación en contrario,  paso a nivel, rotonda o el vehículo esté doblando.
  Vea imágenes enviadas por nuestros lectores. Ustedes también puede participar CLICK AQUI.
»Contenidos, microprogramas y archivos multimedia. Una manera distinta de abordar la realidad.
Podcasts
»Un espacio destinado a compartir reflexiones, ideas, conocimientos, y mucho más, ingresá!
Blog eh!
Blog Mediomundo
Blog Vientos de Cine
Blog Hijas de Eva
Blog Fuera del Expediente
Blog En defensa propia
Blog Plantas y Mascotas
El blog del Coya
Lo mejor del dia
Blog Cronicas de la Moda
 

Río Negro on line te invita a que compartas tus imágenes. Sumate!

  El espacio de los pescadores. Envíen sus fotografías!
  Vea Imágenes de lectores
Sea protagonista de la Información. Click para enviar Imágenes.
  •Edición especial Rio Colorado
•Edición especial Río Negro
  ¡Nero gratuito!
Una de las herramientas más prácticas y rápidas para la grabación de CDs y DVDs
AIC Autoridad de Cuencas
AIC Autoridad de Cuencas

Link:
» Tapa Impresa
» Titulares
» Registrarse
» Ayuda
» Contáctenos

» Publicidad ONLINE

 
»A un año de la tragedia que conmovió a Neuquén
»La democracia que no llega a los parajes rurales rionegrinos.
 
  Diario Río Negro
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina.
Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
  Todos los derechos reservados | Copyright 2007 |CERTIFICA