Tan atípico e increíble fue este partido jugado en la altura de La Paz, que aunque se haya "comido" seis goles, el mejor jugador del seleccionado argentino fue Juan Pablo Carrizo.

El arquero de la Lazio (donde no juega) evitó lo que podría haber sido una goleada mucho peor, aunque parezca mentira. Es que JP tapó al menos tres pelotas antes del primer tanto. Es cierto que tuvo algo de responsabilidad en el segundo y el sexto, pero así y todo se salvó del incendio.

La defensa tuvo una actuación que no pudo ser peor, con Demichelis y Heize desubicados con cada pelotazo y perdiendo en los cruces, y Zanetti y Papa sufriendo en todos los ataques.

En el medio, el único que se salvó fue Fernando Gago, por la enorme entrega que tuvo más allá de que no fue de sus mejores tardes futbolísticas. Mascherano se vio desconocido, sin oxígeno y con las piernas pesadas, y los carrileros Lucho y Maxi pasaron desapercibidos (salvo por el gol de González).

Messi nunca fue Messi y eso también fue determinante. Tevez comenzó con coraje, pero después se pinchó.