Jueves 02 de Abril de 2009 Edicion impresa pag. 3 > Nacionales
ESCENA: En los bares se hablaba de "El Reparador"

La idea de la Reparación atraviesa la historia de la UCR con trazo muy fuerte. Es el yunque en que se cohesiona mucho del pasado del partido.

-Somos los hombres de la Reparación, de aquello que se les ha negado a los argentinos -decía "El Peludo" Hipólito Yrigoyen.

Eve Clementi ha desmenuzado la historia radical. Sostiene que la Reparación es un impulso que busca dignificar la acción política luchando contra la arbitrariedad.

-Casi un apostolado -remata.

Ayer, en la confitería Plaza del Carmen -Rivadavia y Callao- la idea de Reparación emergía en las reflexiones de los cientos de personas que se tomaban ahí un respiro en su larga marcha para rendir homenaje a Raúl Alfonsín.

-Sería positivo que esta muerte haga reflexionar al partido. Que no se lastime más. Que se encuentre. El país necesita de un radicalismo que no le deje el campo orégano a nadie -comentaba Matías Garrastazú, vasco de rostro cuadrado "de los pagos de Azul".

Pasadas las 19, Ricardo López Murphy dejaba el Salón Azul. Su último encuentro con un hombre con el que tuvo, desde lo ideológico, más diferencias que acuerdos. Pero radical que sabe de estilos, confesaba:

-La política argentina no puede seguir funcionando sin principios rectores y hombres que los sostengan. El mejor homenaje que puedo brindar yo a Raúl Alfonsín es reconocer que fue un político de principios...

Emilio Ojeda es un platense devenido en tucumano. Anoche se sentó con este diario en "La Bancada", a metros del Parlamento. Hubo recuerdos de la vida universitaria y amistades en común.

-Vengo de catre peronista... abuelo del Swift, padre en el Armour... años de frigoríficos de Berisso. Me tuve que ir del país por peronista. Pensé que nunca más volvería... ¡sabés qué significado tiene Alfonsín para mí! ¡En plena dictadura pasaba por España, donde yo estaba, y siempre nos dejaba un mensaje: ¡la tormenta va a pasar! En la noche larga y densa fue el único político argentino que te buscaba y te metía fuerza...

En otra mesa, varias pibas con boina blanca escuchan a Ojeda. Comen glotonamente medialunas y toman café con leche. Pasaron la noche tendiendo carteles de la JR frente al Parlamento.

-Me llamo Mariana, soy de Bell Ville, Córdoba... ¡sabe la tristeza que tenemos de no haber podido darle un beso al viejo Raúl! ¡Disculpen!

Seis meses atrás, uno de los más rigurosos intelectuales del radicalismo -Daniel Larriqueta- contaba vicisitudes de su exilio en Francia. Allí pudo conversar con Raymond Aron a poco de llegar a París. "La Argentina es incomprensible y descorazonadora", le dijo el célebre académico.

-Sabés lo duro que era estar lejos del país y saber que ese diagnóstico es real. El único que nos metía entusiasmo era Alfonsín.

En noviembre, Larriqueta publica un libro sabroso: "Cómo empezamos la democracia".

Y cuenta. En mayo del ´76, en Buenos Aires, Alfonsín reunió a un grupo de radicales en las oficinas de Edelmiro Solari Yrigoyen. No eran más de diez o doce. "Con el tiempismo que después llegué a admirarle, Alfonsín esperó el transcurso de la catarsis para tomar la palabra, y entonces nos dijo: "El gobierno pasará, por mucho que nos cueste, y la Argentina volverá a la democracia".

Larriqueta partió a Francia.

-Y Raúl se quedó aquí, expuesto a todo, trabajando por esa cosa tan lejana que era por aquel tiempo algo distinto de la dictadura -comentó.

Trabajando por la Reparación.

 

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@rionegro.com.ar

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