BUENOS AIRES (DyN).- Miles de personas se acercaron ayer al Congreso de la Nación de la capital y se congregaron en actos en todo el interior del país para despedir los restos del ex presidente Raúl Alfonsín, muerto anoche a los 82 años, en un clima de silencioso dolor que enmarcó la sensación de pérdida del símbolo de una de las etapas más significativas de la historia argentina.

Miembros del gobierno, ex presidentes argentinos y de países vecinos, integrantes de la Corte Suprema de Justicia, dirigentes de todos los partidos políticos, líderes sindicales, representantes del clero, defensores de derechos humanos, coincidieron ayer, junto a miles de ciudadanos anónimos, en su conmovedora despedida al ex mandatario.

El común denominador del recuerdo que hicieron de Alfonsín quienes lo acompañaron y lo conocieron fue el destacar su honradez, su convicción democrática y su honestidad, así como la búsqueda de la unidad de los argentinos a través del diálogo.

Durante todo el día, una larga fila de ciudadanos se extendía en una interminable ida y vuelta de las columnas, desde la que se vivó reiteradamente a Alfonsín y y se aplaudió en su honor, a la espera del ingreso al salón del Congreso donde velaban los restos.

Los diarios del mundo destacaron la trayectoria de Alfonsín como defensor de los derechos humanos, y numerosas personalidades internacionales hicieron llegar sus condolencias, entre ellas el presidente del Uruguay, Tabaré Vázquez, quien se presentó en el Congreso, así como los ex mandatarios Julio María Sanguinetti (Uruguay), y José Sarney y Fernando Henrique Cardoso (Brasil). (Ver página 5)

La muerte de Alfonsín sorprendió a la presidenta, Cristina Kirchner, en Londres, en la Cumbre del Grupo de los 20. La mandataria decidió adelantar su regreso al país para poder expresar sus condolencias a la familia mañana, un día después de las exequias, previstas para hoy en el cementerio de la Recoleta. (Ver aparte)

El vicepresidente a cargo de la Presidencia, el radical Julio Cobos, tuvo la responsabilidad de rendir los honores máximos a Alfonsín, al recibir en el Senado su féretro y cargarlo, junto al titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, y a Granaderos, hasta depositarlo en la capilla ardiente levantada en el Salón Azul del Senado, donde tradicionalmente se velan a los presidentes de la Nación. El vehículo trasladó el ataúd desde Recoleta a partir de las 7 y una hora después llegó al Congreso, donde una larga bandera argentina cubría un vallado al frente del Parlamento.

Los restos de Alfonsín vestían traje de gala, cruzado por la banda presidencial, junto al bastón presidencial.

Durante dos horas solamente las autoridades parlamentarias y los familiares y amigos más íntimos de Alfonsín pudieron permanecer en la capilla ardiente, hasta que a las 10 se abrieron las puertas para permitir el acceso del público que ya aguardaba en largas filas, con muestras evidentes de profundo dolor.

A partir de entonces también fue incesante el desfile de personalidades, entre las que figuraron los ex presidentes Fernando de la Rúa, Carlos Menem y Eduardo Duhalde, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, el salteño Juan Urtubey y el mendocino, Celos Jaque, así como el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri y la vicejefa Gabriela Michetti. También el ex ministro Roberto Lavagna, el titular de la CGT, Hugo Moyano; el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández; los actuales ministros de Trabajo, Carlos Tomada y de Justicia, Aníbal Fernández, y el ex canciller de Alfonsín, Dante Caputo, entre muchísimos otros. Por la tarde se hizo presente el ex presidente Néstor Kirchner, junto a los ministros Sergio Massa, Florencio Randazzo, Alicia Kirchner, Nilda Garré y Oscar Parrilli.

El ex vocero y amigo de Alfonsín, José Ignacio López, dijo que el Congreso mantendría las puertas abiertas en la noche, con excepción de una hora, de 12 a 1 de la mañana y luego, a las 10, comenzará la despedida institucional del ex presidente.