No se sabe si murieron por causas naturales o si tras el fenómeno está la mano del hombre. Lo que sí está claro es que a los más de 1.300 pingüinos que vararon muertos en Queule, en la Araucanía, Chile, se siguen sumando ejemplares vivos que que-dan atrapados en las redes de los pescadores. Por ello, el Servicio Nacional de Pesca envió ejemplares muertos a científicos de las universidades Austral de Valdivia y Católica de Temuco, quienes determinarán esta semana qué mató a los especímenes de la especie magallánica. |