No alcanzó el éxito enorme que tuvieron a lo largo 14 años, con sus más y sus menos, no alcanzó la revelación en los mayores festivales del país, no alcanzó la infinidad de grabaciones para preservar al grupo folclórico que dejó a buena parte del país con la boca abierta.
Los Guaraníes ya no son más Los Guaraníes, pero seguirán estando en los festivales del país, seguirán cantando con la calidad que los distingue y seguirán deleitando con su música a un país que en materia de folclore tuvo en ellos a uno de sus mayores hallazgos, aunque aún muchos no los conocen.
Pero toda separación tiene su costo y seguramente Los Guaraníes lo podrán medir dentro de unos años. Es, en definitiva, una apuesta, como alguna vez apostó Jorge Rojas y tantos otros a los que les fue bien. Pero también los hay de aquellos a los que no les fue tan bien y se lamentaron años después el haber dividido las aguas.
Claro, hay un gran detalle, que por lo grande deja de ser detalle. Ellos se llevan el gran capital del grupo, se llevan las voces inconfundibles que son nada más ni nada menos que el sello.
Nacho Prado y Daniel Campos se separan para iniciar como dúo una nueva etapa en su valiosa trayectoria. "Lo pensamos durante mucho tiempo, y es hora de iniciar un nuevo ciclo", dijeron a los medios. Claro, separar un grupo exitoso, de prestigio indiscutible no es poca cosa, algo más que eso es lo que llevó a esta decisión, pero en definitiva lo que menos interesa en esta columna.
Junto a Prado y Campos se van, según desde dónde se lo mire, Martín Rodríguez, Carlos Striglio y Cristian Osés.
Los que se quedan, en realidad tendrán mucho más por hacer que los que se van, porque la chapa de Los Guaraníes, aunque cambien su nombre, se va con las dos voces que en definitiva son el soporte de este grupo. Los que se quedan, si eligen seguir en el ámbito del folclore, deberán imponer un nombre, remar casi desde cero.
El nuevo grupo se llama ahora "Nacho y Daniel Campos", que ya venían trabajando con miras a un nuevo disco que se llamará "Ahora si", que tendrá el sello de lo que venían haciendo, con canciones compuestas por Facundo Toro, Roberto Ternán y viejos temas de Los Cantores del Alba, que un poco son la columna vertebral de este grupo.
No es empezar de nuevo, pero sí es un camino distinto, con otros integrantes y otros objetivos por cumplir. Ojalá los viejos Guaraníes se vean reflejados en este nuevo grupo que hará folclore de la misma calidad que venían haciendo.
Pierden con el cambio de nombre porque Los Guaraníes ya eran un pasaporte al éxito en cada festival, ahora habrá que instalar el nombre nuevo, cosa nada simple admitida por los mismos que trabajan en el género y que saben por ejemplo cuánto le costó a Sergio Galleguillo instalar su propio nombre después de Los Amigos.
Los Guaraníes terminan un ciclo complejo, lleno de éxitos, pero también lleno de sacrificios, donde nada fue fácil y donde encontrar la veta que más encajaba con ellos les llevó años. Porque empezaron exclusivamente con música correntina y fueron buscando el rumbo que los instaló definitivamente, hasta llegar a este grupo con identidad propia, pero con una buena dosis de Los Cantores del Alba. Seguramente seguirán los éxitos y las consagraciones, pero el terreno que comienza exigirá al menos por ahora un trabajo extra, el de instalar figuras conocidas, pero jugando para otro equipo. Claro, no importa demasiado dónde jueguen si lo que hacen lo hacen con el nivel de excelencia que los distingue.
Ahora Los Guaraníes se convirtieron en Nacho y Daniel Campos.
JORGE VERGARA
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