Ráfagas de viento superiores a los 100 kilometros por hora ocasionaron múltiples problemas en toda la comarca andina, en especial en El Bolsón, sumando incendios forestales, caída de árboles, cortes de luz, voladura de chapas y complicaciones de todo tipo en los barrios.
Recién mejoró la situación despues de las 17, con el incremento de la lluvia que hizo amainar el viento, aunque el alerta se mantendrá al menos hasta la tarde del domingo. (Ver recuadro).
En San Martín de los Andes, donde las ráfagas, provenientes del sur, soplaron a 40 y 50 Km/h, provocaron la caída de seis árboles en distintos puntos de la ciudad. Por ese motivo los bomberos trabajaron preventivamente.
Entre Epuyén y El Maitén, la cuestión climática, asociada a los altos índices de sequedad en el ambiente, fueron factores determinantes para un foco ígneo desatado en un bosque cercano a la laguna Las Mercedes, aunque los brigadistas llegaron a tiempo y pudieron circunscribirlo en pocas horas.
Por otra parte, el roce de cables de media tensión provocó fuego justo en el paralelo 42°, en una zona densamente poblada, y que afectó vegetación de pinos, maitenes y mosquetas hasta que llegaron los bomberos de El Bolsón y pudieron controlarlo.
Pasado el mediodía la ventolera se incrementó al punto que cayeron añosos ejemplares de árboles en la plaza Pagano y hasta un olmo histórico plantado frente a la tradicional heladera "Jauja". También se derrumbó un sauce llorón de gran porte y copa, que era el símbolo de la plazoleta Arturo Illia.
Semejante desparramo de troncos, ramas y hojas obligó a cortar el tránsito en varias calles céntricas hasta que los operarios municipales, motosierras en mano, pudieron despejar las calzadas.
Desde el cuartel de bomberos voluntarios informaron que debieron concretar cerca de 30 salidas para asistir a vecinos en problemas por el fenomeno, inusual en este valle andino a esta altura del año. Techos con peligro de derrumbe, chapas metálicas por el aire, derrumbe de cercos y ramas cáidas fueron causas reiteradas. En cambio, no se registraron accidentes de magnitud o personas heridas.
Un hecho curioso se dio en las calles protegidas por robles, donde una lluvia de bellotas caía sin parar sobre los autos estacionados, similar a las pedreas de granizo en el norte. (AEB, ASM)