Viernes 27 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 28 > Internacionales
Buscan una rápida salida a la crisis checa, que afecta a la UE
Temen que nuevo gobierno complique la ampliación del bloque

PRAGA (AFP).- El presidente checo, Vaclav Klaus, abogó ayer en Praga por una "solución rápida" a la actual crisis política, tras haber aceptado formalmente la dimisión del gabinete liderado por el liberal Mirek Topolanek, en plena presidencia checa de la Unión Europea.

"La solución debe ser rápida, lo exigen tanto la complicada situación económica como la presidencia de la Unión Europea", subrayó el jefe de Estado, durante una breve conferencia de prensa conjunta con el jefe de la derecha liberal.

El presidente checo pidió a continuación a la coalición de centro-derecha dimisionaria despachar los asuntos corrientes hasta la nominación de un nuevo gobierno.

Klaus se pronunció en contra de que se alargara demasiado la situación transitoria y deseó una solución antes del fin de la presidencia checa de la UE, el 30 de junio. También se mostró a favor de una "alianza política" en el seno de la Cámara Baja para formar un gobierno que contaría con el apoyo real de 101 de los 200 diputados. La coalición de centroderecha, muy frágil desde su formación en enero de 2007, se ha visto debilitada por sucesivas disputas y escisiones.

La dimisión formal se desarrolló en una atmósfera de tensión palpable entre el presidente y el primer ministro, tras las duras declaraciones, el día anterior, de Topolanek. "Nadie duda del papel de Vaclav Klaus" en la caída del gobierno, lanzó Topolanek en la televisión. También había dicho que la moción de censura fue festejada en el Castillo, sede de la presidencia, "hasta la una y media de la mañana".

El movimiento podría dificultar a Praga el ejercicio de la presidencia de turno de la Unión Europea (UE) y también amenaza el Tratado de Lisboa para la reforma del bloque.

El primer ministro saliente dijo en una entrevista que ante el derrocamiento de su gobierno Klaus tendría "sin duda" una función clave. Mientras Topolanek llevó hasta ahora una política cercana a la Unión Europea, Klaus es un abierto opositor y cree que el país podría venirse abajo en el seno del grupo.

La UE está preocupada no sólo porque Klaus podría nombrar ahora a un jefe de gobierno euroescéptico, sino también porque podría no apoyar el Tratado de Lisboa. El senado checo, ocupado mayoritariamente por críticos a la UE, pospuso este miércoles sus deliberaciones sobre el Tratado, aún pendiente de ratificación en Praga y Dublín y que debe superar también algunas trabas en Polonia y Alemania.

El de Topolanek es el tercer gobierno en caer en pocas semanas en Europa del Este, después de los de Hungría y Letonia. La crisis económica que llevó al socialista Ferenc Gyurcsany a anunciar su dimisión en Budapest la semana pasada y provocó la caída en Riga del gobierno de centro-derecha de Ivars Godmanis a mediados de febrero también influyó en esta caída.

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