Jueves 26 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 39 > Deportes
OPINIÓN: Manoseos y presiones "técnicas"

En el fútbol argentino no se respeta absolutamente nada. La forma en que se "manosea" a Miguel Ángel Russo refleja la decadencia de un mundillo que se jacta de defender los benditos códigos pero que vive pisoteándolos.

Russo, aunque algunos lo hayan olvidado, es el mismo DT campeón de la Libertadores 07 con Boca y que hace cinco meses fue candidato para ocupar el puesto que hoy es de Maradona. Su estrepitosa "caída" es sólo entendible en un fútbol esquizofrénico como el de aquí.

"No es lindo todo esto, seguro, pero lo más importante acá es que tengo el apoyo de los jugadores", tiró el todavía técnico de San Lorenzo después de saber que Tinelli y la dirigencia "santa" habían decidido mantenerlo en el cargo. Russo, sin decirlo, dejó en claro que estaba cansado del manoseo. Pero ojo, el mismo técnico tiene culpa de ello, sobre todo por no tomar distancia con el periodismo-show porteño.

Los canales de tevé y las radios, más las que tienen vinculación con el conductor, elucubraron decenas de hipótesis, conspiraciones y certezas de despido. Lo preocupante es que a esta altura todo parece demasiado normal, incluso que el mismo Tinelli, sin ningún cargo en la CD, tenga (o parezca tener) más poder de decisión que Savino. Russo sí manifestó algo entre líneas. La traducción de la frase antes citada sería "acá los jugadores no me van a voltear, como pasó en otros clubes". Algo que sucede mucho en estos tiempos, y que seguramente tuvo que ver con las seis renuncias de técnicos en las primeras siete fechas.

En Banfield, Burruchaga no se dejó manejar y prefirió dar un portazo antes que permitir las irrespetuosas intromisiones de Portell. Horas después (unas 18), Falcioni había solucionado sus diferencias con el polémico presidente, al que alguna vez trató de "loco", y se transformaba otra vez en DT del "Taladro". ¿Lo tenía arreglado de antemano? Todo hace pensar que sí.

Cierto es que el hilo se corta por lo más fino y que los entrenadores son la variable de ajuste. Algo que ellos mismo saben y que también usan los dirigentes y jugadores para presionarlos. Muchas veces son los técnicos los culpables de sus propios males. Pero lo peor de todo, y que se impone, es que mientras las conversaciones privadas sigan siendo mediáticas, la confianza en el fútbol será tan difícil de conseguir como un técnico que dure una temporada.

 

SEBASTIÁN BUSADER

sbusader@rionegro.com.ar

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