Jueves 26 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 37 > Deportes
OPINIÓN: El mito, en juego

El manoseo y despido de entrenadores en el fútbol argentino no afecta, por ahora, a Diego Maradona, pero su mito comenzará inevitablemente a ponerse en juego cuando Argentina reciba este sábado a Venezuela en el Monumental, buscando un boleto al Mundial que todavía dista de estar asegurado.

Más aún, todo hace prever que el Monumental, que tantas veces repudió su nombre, recibirá esta vez a Maradona con los brazos abiertos y en tono de fiesta, además de carteles oportunos que aludirán a su conflicto con Juan Román Riquelme, el gran fantasma que recorrerá el sábado el estadio de River.

Venezuela, creen muchos, es el rival ideal para el debut, "cenicienta" casi eterna de Sudamérica. Pero todos saben que algunas cosas han cambiado desde hace unos años y que su condición de "outsider" le permitirá jugar relajada especialmente si transcurren los minutos, Lionel Messi no encuentra espacios y Argentina comienza a desesperarse.

No se trata de ser agorero, pero sí de recordar que también hay un rival enfrente, como recordaron muchos tardíamente luego de la final de Copa Davis que Argentina perdió contra España en Mar del Plata. El show previo es aquí todavía mayor, porque será el debut oficial de Maradona y nadie quiere opacar la fiesta.

Titulares y espacios radiales consumen centimetraje y largos minutos hablando de Diego, cuando, se sabe, él ahora es DT y sus eventuales aciertos en su nuevo rol dependerán de modo inevitable de lo que hagan los jugadores dentro del campo. Los propios y los rivales también.

La parafernalia del gran show previo, la emoción del Diego-DT, el ingreso del nieto Benjamín en brazos del "Kun" Agüero y los carteles de apoyo pasarán a segundo plano cuando comience a rodar la pelota. El resto podría llamarse "cháchara deportiva", como llamó alguna vez Umberto Eco a la polémicas del periodismo deportivo.

Los primeros rumores que ubicaron como posibles titulares a los debutantes Marcos Angeleri y Juan Forlín sonaron excesivamente audaces, aunque al Maradona-DT no le fue mal con sus primeras apuestas por Javier Mascherano-capitán y Emiliano Papa lateral izquierdo. Sin Riquelme, sin un enganche clásico, apostar por un ataque con Messi-Agüero y Tevez suena lógico.

Pero también es cierto que las últimas semanas revelaron profundas grietas en el cuerpo técnico conformado por Julio Grondona: acaso envalentonado tras los triunfos iniciales ante Escocia y Francia, Maradona sacó pecho, sacó de su vista al hijo del presidente de la AFA (Humberto) y hasta criticó abiertamente al actual secretario general de selecciones Carlos Bilardo, cada vez más nervioso ante la situación.

El Maradona-DT que no hacía más que recibir elogios por su nueva actitud desbarrancó aún más tras el conflicto con Riquelme, primero por la crítica pública y luego por hablar de la vida privada de su ex representante Marcos Franchi y amenazar con hacer lo mismo sobre Néstor Gorosito.

Cualquier otro hubiese recibido críticas durísimas por el incidente, pero Maradona fue protegido y el incidente quedó rápidamente superado.

Tal su vida, y también sus compromisos publicitarios y económicos, será difícil pedirle a Maradona una mayor discreción, tal como lo requiere su nuevo cargo. Todos queremos que Argentina inicie con buen pie su gestión y gane el sábado ante Venezuela y el martes con Bolivia.

Pero ojalá que un nuevo éxito no abra otras polémicas estériles. Porque, se sabe, muchas veces es más difícil "recuperarse" de un éxito que de una derrota.

 

EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí