Mauro Martín está tras las rejas. Ayer el jefe de La Doce se presentó en una cárcel de contraventores para cumplir 16 días de encierro en el marco de una causa por incidentes en el ingreso a la cancha de Vélez durante un partido en 2006.

Cerca del mediodía el barra llegó junto a su abogado Horacio Rivero y se presentó ante el juez Ladislao Endre para informarlo de que iba a cumplir con la pena pendiente. Pese a que la defensa presentó ante la Corte Suprema un recurso de queja para que no vaya a prisión, el barra se presentó en la cárcel ubicada en Humboldt al 300.

Lo confirmó Rivero, quien aseguró que su cliente quiere "demostrar que está a derecho y a total disposición de la justicia". "A Martín se lo acusó de haber estado en el episodio del McDonald´s. Fuimos hasta la fiscalía de La Boca y nos dijeron que no hay imputación. También se lo quiso implicar en el secuestro del hijo de Richard (opositor en la Doce) y en enero se lo culpó de la muerte de un ex barra (alias Fosforito), y está comprobado que no tiene nada que ver", sostuvo el abogado defensor.

La cárcel, ubicado debajo de una de las tribunas de la cancha de Atlanta, tiene lugar para 12 internos y está vacía. Martín había sido condenado por trabar los molinetes del José Amalfitani durante un partido entre Vélez y Boca, por el Clausura ´06. Se trató de un juicio abreviado y tras un acuerdo con la fiscalía, se fijó una pena de cuatro meses de prohibición para ir a las canchas y de 20 días de arresto efectivo.

De esos 20 días, Martín pasó cuatro preso, pero fue liberado porque no se cumplían las condiciones de arresto establecidos por la justicia contravencional para esos episodios. Es que en celdas contiguas a la del barra se alojaban presos con condenas de hasta reclusión perpetua, lo que está expresamente prohibido por la legislación local.

Así, salió nuevamente en libertad pero hubo una acusación contra él por haber ido a una cancha, con lo cual la fiscalía pidió que cumpla la pena total.