CÓRDOBA (Télam).- La fiscal María Antonia de la Rúa confirmó ayer que Sofía, la nena de seis años secuestrada por el concubino de la madre a la que previamente había asesinado, fue arrojada viva y murió por un "shock cardiogénico irreversible".

Sofía había desaparecido el lunes 16 de marzo y fue encontrada muerta el viernes 20 en el fondo de un pozo de alrededor de 50 metros de un viejo aljibe en la localidad cordobesa de Malagueño. Los peritajes determinaron que fue arrojada por su padrastro, Gustavo Rolando Gaitán Juncos (23), el mismo día (lunes 16) en que mató a la madre de la niña, Mirta Arias (37), detalló la fiscal.

En declaraciones formuladas a la emisora de la Universidad Nacional de Córdoba, la funcionaria judicial precisó que el estrés generado por la situación de violencia, la fractura del fémur y la temperatura del pozo terminaron con la vida de la pequeña. "No hay dudas que fue arrojada viva, el forense estima que la muerte data de cuatro días de la muerte, eso nos ubicaría en el día lunes, día del fallecimiento de la madre", añadió De la Rúa.

La fiscal también precisó que "la autopsia de Juncos demuestra que murió también el lunes por un fuerte traumatismo de cráneo", es decir que luego de matar a golpes en el cráneo a su pareja se llevó a la niña, la arrojó al pozo y luego se suicidó tirándose a una laguna de las canteras de la zona de Malagueño.

El lunes el homicida había llamado por teléfono a la Policía para confesar que había cometido el crimen de su pareja, y también había advertido que se llevaba a la nena para asesinarla y luego quitarse la vida.

Luego de cuatro días de intensa búsqueda, Gaitán Juncos fue encontrado muerto el jueves en una laguna cercana al barrio Sacchi.