Miércoles 25 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
Netanyahu consigue apoyo laborista y se acerca al gobierno
Pero hay resistencia en la centroizquierda israelí.

TEL AVIV (Télam).- El primer ministro designado de Israel, Benjamin Netanyahu, consiguió ayer el respaldo del Partido Laborista para una coalición de gobierno, tras un acuerdo con su líder, el ministro de Defensa saliente, Ehud Barak.

La coalición liderada por el derechista partido Likud de Netanyahu, que estará integrada también por el ultraderechista Yisrael Beitenu y el ultraortodoxo Shas, respetará los acuerdos internacionales de Israel y continuará las negociaciones de paz con la Autoridad Palestina.

Reunidos en un Congreso, 680 miembros del Comité Central del Partido Laborista votaron a favor de formar parte de la coalición de gobierno, mientras que otros 570 lo rechazaron.

Con este respaldo Netanyahu se asegura la mayoría necesaria parlamentaria -66 de los 120 diputados- para formar gobierno y concreta su deseo de aliarse con partidos más moderado. Antes de la votación, Barak pronunció un discurso en el que declaró que "aquí no hay nadie que se esté aferrando a un cargo y tampoco hay nadie que personifique otra cosa que no sea la pura ideología; somos todos amigos" y rechazó las críticas "injustas y absurdas" por defender la participación en el futuro gobierno de Netanyahu.

El líder laborista defendió su postura argumentando que lo que puede hacer su partido es hacer oposición desde dentro del Gobierno. "Quien piense que es más inteligente construir el Partido Laborista como una quinta rueda en la oposición en lugar de como una fuerza opuesta a los elementos derechistas del Gobierno no sabe de lo que está hablando", subrayó. Barak remarcó que "seremos la fuerza contraria que impida la formación de un estrecho gobierno de derecha, y garantizaremos el establecimiento de un ejecutivo real que se preocupe por el pueblo israelí". Barak dio tantas explicaciones debido a que cuando el presidente israelí, Simon Peres, encargó a Netanyahu la formación de un gobierno, el Partido Laborista dejó claro casi desde el comienzo de las negociaciones que se quedaría en la oposición. Por último, Barak dijo que no teme a Netanyahu y señaló que no "tapará las vergüenzas de nadie" pero tampoco será "un peso muerto para nadie". Aun así, varios diputados laboristas expresaron su absoluto rechazo a unirse a la coalición y calificaron el intento de Barak de "engaño". La parlamentaria Shelly Yacimovich advirtió de que participar en el gobierno de Netanyahu minará aún más el apoyo al partido ya que allanará el camino para un ejecutivo de "línea dura".

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