NEUQUÉN (AN).- En menos de tres minutos un comerciante perdió 20.000 pesos en efectivo que llevaba consigo a la salida de su local. La policía busca determinar si hubo un trabajo de inteligencia sobre la víctima y hasta el momento no se ha producido ninguna aprehensión.
El hecho ocurrió durante el cierre de la jornada comercial del lunes, alrededor de las 21:15, en calle Lezcano 649 del Barrio Don Bosco, donde funciona la distribuidora Tutela.
La firma presta servicio a distintas empresas a las cuales se encarga de realizarles el reparto de sus productos.
El dueño del local, un hombre de unos 44 años del cual se preservó la identidad, se encontraba sacando el auto de la cochera del comercio cuando se topa con la ingrata sorpresa del asalto.
Un joven de unos 25 años de 1,80 de estatura lo encañonó con un revolver calibre 38, a cara descubierta, y le exigió de inmediato la entrega del dinero.
Sin oponer resistencia el dueño del comercio entregó un bolso, que en su interior contenía la suma de 20.000 pesos en efectivo, y la riñonera donde llevaba su documentación personal y tarjetas.
Con el botín en sus manos, el delincuente emprendió una vertiginosa fuga pedestre.
Tras el shock inicial, en el que queda cualquier víctima de robo, el comerciante dio aviso inmediato al comando radioeléctrico. A los pocos minutos un móvil de la comisaría 41ª se allegó a dicho domicilio.
Tras una breve narración que daba cuenta de lo sucedido la policía inició un operativo cerrojo que abarcó la jurisdicción y poco después el resto de las jurisdicciones vecinas.
El resultado del rastrillaje fue negativo por lo que se sospecha que podría tratarse de un sujeto que resida en las inmediaciones del área del robo.
La víctima dejó radicada su denuncia en la comisaría 41º, expediente que quedó bajo la carátula de robo calificado por el uso de arma a cargo del Juzgado de Instrucción número 4.
Si bien al cierre de esta edición no se había producido ninguna detención, la policía trabajaba en la confección de un identikit del asaltante que será remitido a todas las dependencias para procurar su captura.
Por su parte, los pesquisas buscan determinar si se trató de un oportunista que aprovechó la situación para cometer el robo, si el delincuente había desplegado un trabajo de inteligencia que le permitió saber con exactitud de que el distribuidor contaría con semejante cantidad de efectivo o la simple teoría de un entregado que vendió el dato.