PRAGA (DPA/AP).- El primer ministro checo, Mirek Topolanek, perdió ayer una moción de censura en el Parlamento y deberá presentar su dimisión, mientras el país es el actual presidente de turno del Consejo de la Unión Europea.
La oposición de izquierda recibió la ayuda de cuatro legisladores disidentes que habían sido electos en la coalición de Topolanek, para derrocar a la coalición por la escasa mayoría de 101 votos. Topolanek logró 96 votos de los 200 escaños de la cámara baja luego de fracasar en sus negociaciones de último momento con los diputados disidentes. No hubo abstenciones.
Este hecho complicará los esfuerzos de la República Checa para combatir la crisis económica y dará por tierra con las tratados de defensa misilística checo-estadounidense, el proyecto clave de Topolanek en materia de política exterior.
Hasta tanto el presidente checo, Vaclav Klaus, ordene la formación de gobierno el gabinete actual seguirá en el poder.
Si bien el presidente crítico con la UE tiene en su poder la llave para el futuro, aún no reveló cuáles serán los pasos a seguir. La Constitución no prevé un límite de tiempo para la formación de gabinete, de modo que Topolanek podría permanecer en el cargo hasta el 30 de junio, que es cuando finaliza la presidencia checa al Consejo de la UE.
Suecia asumirá ese cargo a partir del primero de julio.
Para el 5 de abril está previsto que se celebre en Praga una cumbre entre la UE y Estados Unidos con la presencia del presidente Barack Obama, y todavía en esta semana una reunión informal con los ministros de Asuntos Exteriores de la UE en la ciudad bohemia de Hluboka nad Vlatavou. Jiri Paroubek, presidente de los socialdemócratas y líder de la oposición, dejó en claro ayer su preferencia por un "gobierno de expertos".
Durante el debate que se produjo en la moción de censura que estuvo colmado de asuntos económicos, Paroubek le reprochó al primer ministro "su incapacidad para aliviar las consecuencias de la crisis global". Cientos de miles de checos todavía debían padecer bajo los efectos del "capitalismo decimonónico", indicó. Topolanek mientras tanto advirtió sobre la inestabilidad política.
Antes de la crisis la economía checa basada en las exportaciones había experimentado un rápido crecimiento, pero este año se espera que el país entre en recesión, mientras que la producción industrial cayó 23,3% en enero. Según la oposición, el gobierno actuó muy lento e hizo muy poco. Sólo el mes pasado aprobó un paquete de estímulos de 3.500 millones de dólares, incluyendo inversión en ecología, infraestructura, recortes de impuestos y garantías de préstamo.