CIPOLLETTI (AC).- La Cámara Primera del Crimen comenzará a juzgar desde hoy a una pediatra que está acusada de haberle provocado lesiones gravísimas a un bebé de casi dos años, que había ingresado con quemaduras al hospital de Cipolletti en octubre de 2003. La médica está dispuesta a declarar. Relatará cómo recibió al menor, qué medicación indicó y en qué dosis. Asegura que es inocente del hecho que le imputan.
La fiscal Rita Lucía, en la requisitoria de elevación a juicio, consideró que la médica Mónica Reyna, "por falta de debida atención en sus funciones", habría prescripto la administración vía oral de 7,5 c.c. de morfina, cantidad que terminó siendo excesiva porque equivalía al menos a 37,5 miligramos de morfina, siendo este un dato que la médica de guardia -en su carácter de jefe de equipo de trabajo y por su posición de garante hacia los pacientes- debía conocer por tratarse de una fórmula compuesta de manera magistral que se encontraba en el único frasco que había en existencia en ese momento en el servicio de guardia".
Reyna, en un informe que realizó sobre su actuación, aseguró que indicó 7,5 "miligramos" (no centímetros cúbicos) de jarabe de morfina y que la dosis la aplicó personal de enfermería mientras ella seguía atendiendo a otros niños.
"Unos minutos más tarde -agrega la acusación de fiscalía- la médica de guardia nuevamente por falta de atención prescribió una inyección de 1 centímetro de "Dormicum" al niño accidentado, a fin de poder curar la quemadura. Luego de ordenar sedar al niño con dos drogas, no habría efectuado el debido control sobre el pequeño, puesto que debía haberlo internado o dejado bajo vigilancia al menos por el término de 6 u 8 horas". Sin embargo, especificó la requisitoria, Reyna "le dio el alta al menor e indicó a los padres que lo controlaran".
"La excesiva cantidad de droga (morfina) potenciada por otra droga más (midazolam) provocaron la desestabilización general de la salud del menor que culminó con su internación". El bebé tenía 1 año y 11 meses cuando el 1 de octubre de 2003 ingresó al hospital con quemaduras y terminó con "deterioro neurológico, intelectual, visual, auditivo y renal".
La médica, en su informe, afirmó que ella no le dio el alta el nene y que las dosis de medicación que le dio fueron las recomendadas. Dijo que ella estaba atendiendo a otros niños y que cuando fue a ver al sector donde estaba el bebé observó que no estaba más. "Pregunto a las enfermeras presentes dónde estaba, a lo que me responden que ya se había ido hacía un rato. Interrogo si estaba todo bien y me contestan ´todo bien´", concluyó.
Reyna está acusada del delito de "lesiones gravísimas culposas". Será defendida por Oscar Pandolfi, mientras que la familia del nene será representada por Leandro Segovia.
