Lunes 23 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 27 > Cultura y Espectaculos
"Los pingos se ven en el escenario"
Verdadera sorpresa de la temporada teatral, el actor cordobés habla de su nuevo papel. "El teatro es la madre de las artes de la actuación", dijo a "Río Negro".

Daniel Aráoz actualmente interpreta a Nano en "Cash" -junto a Belén Blanco, Norma Pons, Juan Carlos Dual, Gustavo Garzón, el rionegrino Nacho Gadano y Ronnie Arias-, comedia que escribió y dirige José María Muscari en el Teatro Maipo de Buenos Aires.

"Río Negro" habló con el actor cordobés sobre la construcción de su personaje, que fue una sorpresa de la temporada tea- tral.

"En mi vida he tenido -porque algunos ya no están físicamente pero me acompañan de modo espiritual- y tengo amigos gays. O sea que hay una relación emocional con mi personaje. Y cuando la hay, existe una especie de observación a veces graciosa, exagerada o sarcástica sobre cómo es el otro. Y también tierna y comprensiva. Entonces, un poco la formación del personaje se estableció desde ese lugar. Por eso Nano no es alguien demasiado estereotipado; tiene facetas de ternura aunque vive esa contradicción -está bien que la tenga- que lo lleva a expresarse de manera transgresora. En un momento se exaspera, cuando se pelea con su pareja (Florián, Garzón), y dice cosas sacadas de contexto que también se escuchan en la vida real. Si uno discrepa con alguien y la geografía en la que está no lo contiene, se desborda.

-¿Cuánto aporta el director en esa construcción?

-Cuando montás un personaje, lo primero que aparece es lo que yo llamo "cáscara". Tomar como funcionalidad de trabajo la acción pura, lo que podría llamarse el estereotipo. Después hay que hacerlo creíble y ahí está siempre la visión del director: "No lo busques por ahí, es muy amanerado o no contribuye a armarlo". La búsqueda es romper esas cáscaras para llegar a lo emocional; en este caso, relacionado con lo que cuenta Muscari, es lo superficial. ¿De qué emociones habla, si todo el tiempo se calma yendo al shopping y comprando? La emocionalidad de Nano está muy alejada de mí. No el gay, no cómo viven esas personas tan consumistas, cómo entender a alguien que ve a otro de piel morena y dice "Negros de mierda, los gordos me dan asco, el sereno que atiende la cochera tiene el ano contra natura". Esa composición que la obra me propone es de lo más lejana a mí. Construir su condición sexual es algo que todos tenemos. Sólo que elegimos nuestra sexualidad, ¿verdad?

-¿Cómo no ridiculizarlo, cosa bastante habitual en televisión, por ejemplo?

-Porque debe ser creíble y para serlo hay que sentir o permitirse sentirlo. Permitírmelo es dejarme sentir mi lado femenino. Básicamente el gay se relaciona con su lado femenino. Sin entrar en demasiada profundidad, porque hay varias posibilidades de interpretar a Nano, deberían ser diferentes las circunstancias. Acá es un tipo que vive en un mundo alejado de la realidad, pero no juega a las muñecas. Lo que siempre acerca, hablando profundamente de la creación de un personaje, es lograr hacerlo creíble. Para que lo sea, al actor le tiene que pasar. ¿Cómo hacer que el espectador sienta lo que me sucede, si yo no lo siento?

-Cuando podés verte filmado -muchos directores utilizan esa técnica- ¿cómo te ves?

-Es muy difícil que el teatro acepte la imagen meramente televisiva. En todas las obras que después he visto, cambiaría un montón de cosas, pero el resultado como actor no se logra viendo un video sino con la gente en la platea. Por lo tanto, ninguna función es igual a otra. El actor lucha por transmitir algo. En televisión, si una escena sale mal, se corta y se vuelve a hacer y el plano de visión no es el del espectador. En teatro hay un plano más general, por eso yo he actuado en salas a la italiana y sin micrófonos, hay una exageración porque quien está en última fila debe recibir la misma sensación que en la primera. Son dos géneros no compatibles. Si se filma una obra, se puede trabajar sobre varios planos de la ficción, pero no va a ser teatral el resultado. Es un buen ejercicio para marcar cosas, así está muy bien, para eso está la tecnología. El teatro es transmisión directa.

-¿Cómo les está yendo con "Cash"?

-Muy bien, estamos muy felices. Las repercusiones son más que retribuidas, pero lo que más agradezco es el vínculo con el elenco, con el director, con el equipo de trabajo, el asistente de dirección, los técnicos del teatro, con el dueño de sala, con el productor. Nosotros disfrutamos mucho la obra, hay una energía que nos asombra y nos produce el encanto necesario para llevar adelante "Cash". Todos los personajes están alejados de cómo somos nosotros y con esa energía poderosa en funcionamiento se logra la transmisión. Lo más hermoso que puede pasarle a un actor es tener la platea llena y recibir la devolución de la gente. Por eso es el arte por excelencia para nosotros. Podés ser muy bueno en televisión, en cine... pero los pingos se miden en el escenario. Ahí no se puede editar. El teatro es la madre de las artes de la actuación.

 

PERFIL

Cordobés desde que nació en 1962, Daniel Aráoz no estudió con nadie y empezó a trabajar sin saber por qué en la tele de los '80 con "La noticia rebelde". Más atrás, Aráoz había hecho en teatro "La Jaula - Vida y lucha de nuestra clase obrera", de Julián Romeo; protagonizó "El mundo es un espectáculo" con Raúl Ceballos, "Caldo de cultivo" con la dirección de Jorge Petraglia, "Fuenteovejuna", de Lope de Vega y "Gracias electroshock" de su autoría, junto a Norman Brisky, con quien también codirigió.

Hizo "Los 90 no son nada" y varios unipersonales como autor y director, "Art dCoke" y "Lo peor de nosotros mismos", con Atilio Veronelli. Fue dirigido por Alberto Ure en "Diez minutos para enamorarse", Julio Ordano en "La mesa de los galanes" y Marcelo Alfaro en "Uno nunca sabe". Participó en "Aryentains" y "Aryentains 2", "Esperando a Héctor Irusta" y "Ataque de pánico".

En televisión participó de "El mundo de Antonio Gasalla", "Rebelde sin pausa", "De la cabeza", "Club social y deportivo", "Café Fashion" y "Un cortado".

Filmó "La película de Francisco" aún en producción, "Un peso, un dólar", "Papá se volvió loco", "Quién está matando a los gorriones", el corto "Una historia de tango" y "El desvío".

EDUARDO ROUILLET

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí