VILLA REGINA (AVR)- Luis y Maximiliano Zanín, quienes el sábado por la tarde se vieron involucrados en un confuso episodio en el piquete docente de Chichinales que terminó con un maestro herido con cortes en el cuello, sostuvieron que ellos fueron los que recibieron la agresión y que uno de los maestros esgrimió el cúter.

Del mismo modo sostuvieron que ellos dieron la alerta por lo ocurrido a la Policía y realizaron una denuncia por privación ilegítima de la libertad y daños.

Padre e hijo, ambos docentes, el primero de ellos radicado en Villa Regina donde es artista plástico con vasto reconocimiento, apuntaron que ellos no iniciaron la agresión, sino que fueron los maestros cuando Luis Zanín, luego de conversar con varios docentes que permanecen en el piquete, intentó correr un tronco para que su hijo avanzara con el vehículo.

Maximiliano Zanín señaló que "yo había llegado al piquete del sector norte alrededor de las tres de la tarde, ya que había viajado desde Buenos Aires junto a mi hijo de cinco años, para visitar a mi madre, que también es docente. En ese punto no me dejaron pasar, aunque yo veía que se permitía pasar a otros vehículos que iban con chicos o personas mayores".

Precisó que igualmente permaneció en el lugar, y llamó telefónicamente a su padre, que minutos más tarde llegó hasta el lugar donde se encontraba detenido.

Luis Zanín, por su lado, señaló que al llegar hasta el piquete norte estuvo dialogando con varios docentes, hasta que solicitó que los dejaran pasar por el lugar. "Uno me hizo una seña afirmativa con la cabeza, por lo que comencé a correr un tronco, momento en que recibí un empujón", relató.

Maximiliano Zanín sostuvo que al menos cuatro maestros se le tiraron encima, "y en ese momento salí del vehículo para defender a mi padre. Un maestro tenía un cúter en la mano y lo que logré fue torcerle la mano".

"En ningún momento nosotros los atacamos, sino que fueron ellos los que nos agredieron" apuntaron, al tiempo que indicaron que tras zafar de los docentes se introdujeron en el vehículo, el cual en ningún momento movieron. "Pero ellos comenzaron a golpear el auto, adentro estaba mi hijo de cinco años, y nos rompieron una ventanilla, además de abollar a patadas los guardabarros delanteros".

Finalmente remarcó que "llamé por teléfono a la policía, que nos acompañó hasta el destacamento Tránsito, porque si no no sabemos qué hubiera pasado. Allí presentamos una denuncia por la agresión que sufrimos y por privación ilegítima de la libertad".