Domingo 22 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 41 > Cultura y Espectaculos
El fantasma llegó al país

El musical "El fantasma de la ópera", creación del británico Andrew Lloyd Webber con puesta de Harold Pinter, se estrenó la semana pasada en el país con una función especial para invitados, a 22 años de su primera puesta en Londres y respetando los lineamientos del espectáculo original.

Una ingeniosa maquinaria escénica con notables efectos y una asombrosa capacidad de crear distintos espacios teatrales, junto con la acertada performance de sus protagonistas principales y un cuidado y vistoso vestuario resultaron los aspectos más relevantes de este musical, pensado a escala planetaria y que se realiza bajo los mismos parámetros en las principales ciudades del mundo.

Basado en la historia original de Gaston Leroux, la obra plantea la encrucijada de la joven Christine (interpretada por la mexicana Claudia Cota) tironeada entre el amor de su fantasmal y deformado maestro (Carlos Vittori) que le permitirá ascender a la cima del canto lírico y su pasión juvenil personificada por el vizconde de Chagny (Nicolás Martinelli).

Este dilema entre el poder y el amor ambientado a fines del siglo XIX se desarrolla en distintos cuadros que toman al Teatro de la Ópera parisino y sus sótanos y pasadizos subterráneos como centro de la escena.

A pesar de la corrección de su desarrollo y del impacto de algunos de sus efectos escenográficos y visuales, la obra (en su versión argentina y quizás por efecto de la traducción de las canciones) no corre del todo bien y, de a momentos, se vuelve lenta y ríspida.

De hecho no todas las letras se entienden, especialmente aquellas a cargo de las voces masculinas, por las obligaciones de un fraseo que acompañe la melodía musical, y parte de los textos se pierden o no llegan a completar la totalidad de su sentido. Resultando correcta la performance de la mexicana Claudia Cota y también la de Carlos Vittori como El Fantasma, con momentos de fuertes desafíos y de lucimiento, Mirta Arrúa Lichi, que interpreta a la "prima donna" Carlota, desplazada del rol protagónico por la joven Christine y como una imposición de El Fantasma, es quizás la voz y la interpretación más descollante del musical, volcado al canto lírico. La octava escena del primer acto que se desarrolla en la oficina de los gerentes del teatro y que plantea un canto coral, con un elaborado canon contrapuntístico del que participan ocho voces, es quizás el mejor momento musical de la obra.

También ocupan un lugar destacado la primera escena del segundo acto con el elenco completo luciendo bellos trajes en una celebración de carnaval, la performance de Cota en la escena del cementerio y la de Vittori sobre el final, en el escondite de El Fantasma.

Invención del especialista del género Andrew Lloyd Webber, creador de "Jesucristo Superstar", "Evita" y "Cats", entre otras obras famosas, y considerado el musical más exitoso de la historia por la cantidad de funciones realizadas a lo largo del mundo y los años de permanencia, "El Fantasma de la Opera" debiera ser de visión obligatoria para los amantes del género, ya sea para aplaudirla o denostarla. (Télam)

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