En los últimos días las novedades sobre el hallazgo del Avro Lincoln B 019 se leían en decenas de sitios de internet dedicados a la aviación, agencias informativas y periódicos digitales chilenos y argentinos. También ayer algunas precisiones se conocieron en diarios impresos de tirada nacional.
A los pies de uno de los glaciares cerca de Bahía Parry, Rodrigo Fuentes Milostich y Branko Ivelic, integrantes de la expedición, encontraron los restos de un avión. También fue posible observar restos óseos, a primera vista, pertenecientes a seres humanos. Los turistas navegaban en el sector del seno Almirantazgo, el lunes 16, cuando descubrieron partes del Avro Lincoln MK II, perteneciente a la Fuerza Aérea Argentina, matrícula B-019, desaparecido en vuelo mientras cubría la ruta de Río Gallegos a Ushuaia, el 22 de marzo de 1950, con once tripulantes, después de reportar su posición sobre Lago Fagnano.
Sus restos permanecieron en el misterio hasta abril de 1983, fecha en que fueron encontrados casualmente, por montañistas de la Universidad de Magallanes.
El 22 de marzo de 1950 tres bombarderos Avro 694 Lincoln de la Fuerza Aérea Argentina (matrículas B-019, B-026 y B-013) despegaron con lapsos de 5 minutos de diferencia desde Río Gallegos con destino a Ushuaia, en una misión de entrenamiento de navegación. Las condiciones climáticas eran excelentes y los aviones tenían buena comunicación entre sí mediante el uso de radios de muy alta frecuencia. Cerca del paralelo 53 la situación climática sobre Tierra del Fuego empeoró rápidamente.
Complicada la posibilidad de intercomunicación en la formación, dos de los aviones vuelven hacia Río Gallegos. Se pierde comunicación con el B-019, que tampoco vuelve a su base. Luego de 48 horas se activa un intensa búsqueda pero no se encuentra nada. Se le declara desparecido.