El espectáculo teatral más taquillero del verano fue el que tuvo entre sus protagonistas a Los Nocheros. Y, la verdad, es un muy buen indicador de comportamiento del público en esa parte del país y en un Mar del Plata acostumbrado a espectáculos de jerarquía.
Mar del Plata es justamente una ciudad que contiene un abanico enorme de propuestas de verano, que incluyen el fútbol como atractivo para una gran masa de gente que no puede ver a los grandes equipos en otra época del año. ¿Qué significa esto? Que ser el más taquillero implica competir con mil propuestas diferentes y para conseguir esa calificación hay que estar entre los mejores.
Y no podríamos atribuir todo el éxito de la noche teatral de Carmen Barbieri a Los Nocheros, de ninguna manera, pero está claro que constituyen un factor de fuerte incidencia a la hora de optar entre otras tantas obras de nivel. Es más, en esta misma columna dijimos que no son los mismos Nocheros de otros tiempos y que se advertía que el furor de otras épocas no era tal en la actualidad.
Y Los Nocheros, folcloristas y la vez empresarios, vieron en Mar del Plata una opción válida ante la larga lista de festivales de verano y la pegaron. Desde mi costado de observador, no hubiera apostado por esta iniciativa, pero está visto que ese ojo empresario sabe mucho más que el ojo de un observador cotidiano.
Éxito total es el que tuvieron en el verano y que, para la obra, ahora reemplazarlos es un verdadero problema. Ahí se sabrá si el público que pobló el teatro es público afecto al folclore o simplemente quien en el verano quiere ver algo distinto.
Y me pregunto qué pasaría si algún o algunos otros ojos empresarios decidieran poner en marcha un festival folclórico de Mar del Plata, al mejor estilo de Cosquín o Jesús María o Villa María, que además presenta la opción de salir del límite netamente folclórico y abre el juego a otros géneros.
No sería descabellado imaginar un estadio lleno de gente siguiendo un género que no tiene tanto espacio en la ciudad veraniega más concurrida del país. Por qué no pensar que el mismo público que va a ver a Los Nocheros, que se renueva constantemente, podría ir a ver a otros exponentes del folclore que no tienen la posibilidad de llegar a ese público de otro modo.
Mar del Plata es tan amplia en gustos y placeres que el folclore tendría allí una buena puerta para sumar a los festivales tradicionales asociados habitualmente a las provincias del norte.
Es un buen ejemplo el resultado de este verano para suponer que están las puertas abiertas para sumar esta opción. Si Cosquín o Jesús María o Villa María logran captar multitudes en sus festivales, tanto más podría hacerlo Mar del Plata con el atractivo del mar a su lado.
Distinto sería imaginar esto en Bariloche, donde el costado cultural es más diverso y donde los géneros musicales instalados allí son diferentes. Ahí no imagino el folclore como opción masiva para el tipo de turismo que tiene la ciudad.
En fin, creo que esta nueva experiencia Nochera servirá para pensar que en realidad los nichos que tiene el folclore son mucho más amplios que lo que uno podría imaginar y que la concentración del verano no resulta beneficiosa para el mejor reparto de recaudaciones. Creo que cada ciudad o región debería aprovechar su mejor época para captar la mayor cantidad de público.
Son ideas que se pueden traducir en realidades para el beneficio de un género que se las pasa enfrentando dificultades, básicamente económicas.
Ojalá más puertas se abran al folclore, que tiene mucho para mostrar.