NEUQUÉN (AN).- Hace ocho años, recién nacida, la Escuela Experimental de Danza Contemporánea ocupaba un aula de La Conrado Centro Cultural. Después se mudó a la vecinal del barrio Villa María, más tarde al Museo Gregorio Alvarez, y los últimos años funcionó entre la sala teatral Ámbito Histrión y un gimnasio. Con el tiempo, a fuerza de cargar con los equipos, las barras y los pisos, en una marcha nómade por la ciudad, los alumnos y docentes se fortalecieron y sumaron energías tras una clara consigna: tener casa propia.
Hoy, con tres promociones de egresados y ochenta alumnos en sus cursos, el templo del movimiento de vanguardia, dependiente de la secretaría de Cultura municipal, prepara el festejo para la inauguración del edificio que será el próximo viernes 27 de marzo a las 11. En la apertura estará presente el supervisor y padrino artístico de la escuela, Oscar Araiz.
"Estamos tan ilusionados, porque podemos disponer de nuestro propio lugar. Nos va a abrir infinitas posibilidades de desarrollar las acciones que la escuela está preparada para hacer. No solo desarrollar el plan de estudios de nuestra carrera terciaria en condiciones óptimas, sino ampliar el servicio educativo con más espacio para ensayos y estudio para alumnos y profesores, y también generar otras ofertas", dijo entusiasmada la directora de la escuela, Mariana Sirote.
Entre las nuevas posibilidades educativas que propiciará el edificio de Planas 165 -adelantó Sirote- está abrir una escuela para chicos y talleres de extensión de técnica clásica, contemporánea, partenaire, eutonía e investigación coreográfica. También se podrán proyectar videos de danza en ciclos de debate, organizar seminarios, dar clases abiertas y "jams" de improvisación.
"Valió la pena el esfuerzo"
Muy feliz, dejando atrás los malabares que durante años tuvieron que hacer los docentes y alumnos para llevar adelante las tareas académicas y de extensión, Sirote señaló que "valió la pena el esfuerzo, la perseverancia, la convicción y la capacidad de pedir lo justo a través del trabajo".
Y destacó la actitud de la municipalidad de Neuquén que "se jugó" por la Escuela Experimental de Danza Contemporánea. "Lo hizo, primero, impulsando y apoyando el proyecto y luego apostando a su consolidación, y ahora construyendo el edificio y promulgando la Ordenanza por la cual se crea la escuela dentro del organigrama municipal", especificó la directora que conduce el establecimiento desde su formación, allá por 2001.
Por otro lado, a pocos días de la inauguración del nuevo edificio lindante con la escuela municipal de cerámica, el director de Cultura de la municipalidad, Oscar Smoljan, acompañó a "Río "Negro" en una recorrida por el edificio todavía en construcción. "La Escuela es la expresión natural de una ciudad nueva como Neuquén. Porque si algo nos representa son las expresiones que tienen que ver con lo contemporáneo", dijo el funcionario.
El edificio
La obra del nuevo edificio de la escuela tiene un costo de poco más de 600 mil pesos y está financiada por la municipalidad de Neuquén. Son 300 metros cuadrados, en dos pisos, que tienen dos salones para las clases de danza con piso flotante (uno en la planta baja y otro en un primer piso), un aula para materias teóricas, oficinas, baños, vestuario, cocina y dos patios, uno interno y otro externo. Todos los espacios son amplios y luminosos.
Además, para una segunda etapa está pensado construir un tercer salón más grande para que los estudiantes y profesores puedan presentar espectáculos de danza abiertos al público.
En la apertura del nuevo edificio, el coreógrafo Oscar Araiz será el encargado de bautizar los salones de baile con los nombres de las pioneras de la danza contemporánea y moderna en la Argentina: Renata Schottelius y Ana Itelman, creadoras del ciclo "Otras danzas" en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires. Y para los invitados, colaboradores y amigos del establecimiento (esos cómplices de siempre), los alumnos y profesores les regalarán algunas sorpresas.
Formación y extensión
Desde su apertura, la escuela tiene tres camadas de egresados que trabajan en la danza como creadores y docentes, un equipo de 12 profesores y ochenta alumnos (entre los tres años de cursada) que iniciaron el ciclo 2009, sin contar aún los potenciales estudiantes de los nuevos servicios educativos como el laboratorio de investigación coreográfica o la escuela de danza para chicos.
Pero, además de la formación académica, la escuela se destaca por su fuerte trabajo en materia de extensión, que impacta y presenta un importante panorama de la producción de la institución y su gente. Siempre con la idea de llevar las expresiones de la danza a distintos ámbitos de la ciudad, la provincia y el país.
En 2008, por ejemplo, la escuela puso en marcha por segundo año consecutivo el proyecto "Esto es ritmo!", una experiencia cultural y pedagógica innovadora donde se trabajó con alumnos de varios colegios neuquinos. ¿El objetivo? Brindar a los jóvenes y adolescentes un espacio de participación y expresión artística que les permite, a la vez, descubrir sus potencialidades creativas y encontrarse con el propio cuerpo. La iniciativa convocó a más de 200 estudiantes por año y más de 3000 espectadores.
También realizó espectáculos en jardines y escuelas primarias, se formó un elenco profesional que participó en festivales provinciales y nacionales, se presentó en el II Congreso Argentino de Cultura en Tucumán, participó en el encuentro internacional "Diálogos" 2008, entre otras actividades de extensión.