La extensión de los conflictos con los docentes y con los empleados del sector Salud genera tensión en el gobierno de Jorge Sapag, una gestión que, en la intimidad, ya libra sus propias internas por éstos y otros motivos.

Dentro del gobierno hay funcionarios que piensan que la estrategia que se siguió con la política salarial fue inadecuada y que el error se está pagando ahora. Consideran que Sapag tendría que haber resistido la presión sindical el año último y enfrentar los reclamos recién este año, con recursos en el Tesoro.

"Es una cuestión de estrategia. Ahora estamos con el mismo problema del año anterior, pero agravado porque éste es un año complicadísimo. Es una auténtica encerrona la que padecemos", confesó esta semana a este diario una fuente oficial.

A esta altura del conflicto, casi la mitad de las escuelas está cerrada y el resto abierto, según datos oficiales del Consejo Provincial de Educación, lo cual revela la magnitud de un problema que empieza a generar reacciones antropófagas.

El gobierno dice que no tiene plata, los maestros se muestran inflexibles con el aumento, muchos alumnos no comenzaron las clases y los padres sienten la ausencia del Estado en una de sus funciones vitales.

La última oferta salarial no generó ninguna expectativa en ATEN. A la salida de la reunión con el ministro de Gobierno, Educación y Cultura, Jorge Tobares, la dirigencia gremial, sin asambleas ni plenario de secretarios generales de por medio, se plantó con un fuerte rechazo.

La propuesta del gobierno consiste en otorgar cien pesos por única vez para los docentes con hijos en edad escolar, una suba en la asignación de ayuda escolar y otras medidas aleatorias como la garantía de un cupo para que los maestros ingresen en planes de viviendas que se van a construir con fondos nacionales.

"Hoy no hay dinero ni siquiera para otorgar esa ayuda extraordinaria", sentenció un vocero del oficialismo que insistió en la imposibilidad de mejorar la oferta.

En todo este conflicto el gobierno envió mensajes contradictorios. El gobernador Sapag propaló el discurso de la crisis y repitió una y otra vez que no había dinero para otorgar aumentos.

Si así fuera, razonan en ATEN (Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén), no habría ni siquiera cien pesos para distribuir.

En el gremio siguen pensando que el gobierno de Sapag sobreactúa la falta de recursos y que, a fuerza de presión, podrán obtener una oferta más atractiva para los afiliados.

El casi cierre de la causa Fuentealba II, en la que se investigaban las responsabilidades políticas por la represión iniciada en la Ruta 22, un suceso que terminó con el crimen del docente en abril del 2007, no contribuye a apaciguar los ánimos entre los maestros. El pedido de sobreseimiento del fiscal Alfredo Velasco Copello es inoportuno, reconocieron hasta en las propias filas oficialistas.

El actual discurso del gobernador es diferente al del año anterior. Ante los reclamos sectoriales que enfrentó en el 2008, Sapag se mostró dispuesto a aumentar la masa salarial con el objetivo de sostener la paz social, según decía en aquel entonces.

A esta altura del año, en el gobierno y en la oposición calculan que el malhumor social crecerá más este año que el anterior.

El conflicto educativo tiene efecto multiplicador y el de salud, de raíces diferentes al de los maestros, también genera malestar.

Para atender el problema en el área de Educación, el gobierno no muestra plan alternativo. Parece esperar el milagro de una ayuda nacional que podrá llegar en la medida en que conflictos similares se extiendan por el resto de las provincias.

Por fuera de este conflicto hay una apuesta del oficialismo para este año, difícil de implementar en las actuales circunstancias, que consiste en poner en marcha un foro pedagógico para discutir en profundidad el futuro de la educación pública. "Fantaseamos con hacerlo este año", dijo un diputado del Movimiento Popular Neuquino que trabaja en el proyecto que, asegura, será distinta del Congreso Pedagógico que se realizó en el gobierno de Raúl Alfonsín.

En el área de Salud, lo que se observa desde hace años es un deterioro de un sistema que ya no brilla como en sus épocas de esplendor. Además existen pulseadas muy fuertes de intereses puntuales con "corporaciones" -así las llaman en el gobierno-, como las de los cirujanos o las de los anestesistas.

"El sistema lleva a que cada vez haya médicos más ricos y pacientes más pobres; eso es lo que hay que resolver y no es siquiera un tema exclusivo de la salud pública", expresó una fuente oficial que conoce al detalle el complejo sistema sanitario neuquino.

Para explicar otras aristas de esta crisis, no se han explorado debidamente caminos conexos que conectarían el deterioro de la salud pública con el crecimiento de sectores que se involucraron en los últimos años en el negocio de la medicina privada. Sobre este aspecto el gobierno no divulga información, y los datos que se conocen son escasos y provienen de las organizaciones gremiales.

Reloj electoral

Salud y educación son dos temas que marcaron el movido 2009 en la agenda de gobierno. El viernes se sumó un ingrediente que va a interactuar, probablemente, haciendo más compleja la resolución de ambos conflictos: el adelantamiento de las elecciones legislativas para el 28 de junio.

En el MPN algunos consideran que el renovado acuerdo entre Jorge Sapag y Jorge Sobisch para evitar las elecciones internas cobra ahora otra dimensión.

Los más sapagistas dicen que tal vez el gobernador manejaba información privilegiada de la Casa Rosada y por ese motivo volvió a cerrar filas con su antiguo socio.

Sin embargo, en el oficialismo no todos comparten esta apreciación. Hay varios que están incómodos con este acuerdo de cúpulas y así lo han hecho saber algunos intendentes que se reunieron en la semana en la localidad de Vista Alegre.

El anticipo también genera un escenario diferente en un distrito de peso como el de Neuquén, donde manda la oposición.

El intendente Martín Farizano, que tenía pensado convocar a elecciones en el invierno, ahora no sabe si unirlas a las nacionales o postergarlas para más adelante.