River no consigue levantar su nivel en la Libertadores y ayer fue víctima de sus limitaciones y de un Nacional que con poco lo goleó en Uruguay por 3-0 y lo complicó en la Copa, donde el "Millo" perdió dos de los tres partidos que jugó.
Desde ya, Gerardo Pelusso ideó de manera perfecta lo que debía hacer su equipo en el estadio Centenario. Es cierto, para ser local fue algo amarrete lo que se vio de Nacional en los primeros 45 minutos, pero le salió bien. Fue un equipo genéticamente uruguayo: corredor y metedor al ciento por ciento.
River no le encontró la vuelta al cerrojo defensivo. Oscar Morales y Diego Arismendi se transformaron en dos animales de presa que se "devoraron" a un Marcelo Gallardo estático e intrascendente. Y adelante, la tenacidad de Radamel Falcao y los pequeños, muy tenues chispazos de calidad del "Gordo" Fabbiani no alcanzaron para sorprender a la férrea defensa local.
Tan bien le salieron las cosas a Pelusso, que increíblemente el "Millonario" sólo pateó una sola vez al arco en la etapa inicial. Lo hizo Augusto Fernández, a los 45, después de una jugada personal que terminó en un tibio disparo.
Nacional no hizo mucho más que su adversario en ofensiva. Apenas un par de remates con poco peligrosidad que detuvo sin problemas Barbosa despavilaron a las 60 mil almas que estallaron de júbilo a falta de 10 minutos para el descando. Fue ahí que Adrián Romero metió un pase en el área, Medina la aguantó bien ante la presencia de Quiroga y de frente llegó el correcaminos Álvaro Fernández para el 1-0.
El segundo tiempo fue otra historia y llegaron las emociones. River se adelantó en el campo y tuvo varias situaciones, igual que un Nacional que se paró de contra y que inquietó varias veces a Barbosa. El arquero respondió bien a los 8 después de un tiro libre de Fede Domínguez y dos minutos más tarde Fabbiani casi iguala con una muy buena mediavuelta.
La visita se plantó en terreno rival y bajo la conducción de Augusto Fernández estuvo cerca del empate. A los 17 el carrilero por derecha combinó excelente con Radamel Falcao, que entró al área y estuvo a punto de gritar el gol de no ser por una salvado providencial de Romero.
Sesenta segundo más tarde, el contrariado Rúben Sambueza hizo transformar a Muñoz en un elástico y por la estirada del "1" el balón no se clavó en un ángulo.
Pero a los 28 Lodeiro disparó debil, Barbosa se complicó solo e increíblemente Nacional halló el 2-0. Y para colmo, a los 48 Victorino metió un tiro libre fantástico para poner la frutilla del postre.