LIMA/SANTIAGO DE CHILE.- Perú presentó ayer ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya la memoria en la que sustenta la demanda contra Chile por el diferendo marítimo, con lo que tomó forma la acción judicial iniciada en enero de 2008.
La entrega de la memoria -un simple acto administrativo cumplido en La Haya por el agente peruano en el caso, Allan Wagner- encontró a un Perú irreconociblemente unido en torno a un tema y con la certeza de que lo acompaña la razón, y a un Chile igualmente confiado en sus argumentos y dispuesto a defenderlos.
"Hoy día ratificamos la confianza en el fallo de la Corte Internacional de Justicia, por la justicia de la causa que Dios defiende. Convoco a todos los peruanos a la serenidad y a la firmeza en la espera de este fallo histórico que habrá de dar la razón al Perú y a su justicia. Es un hermoso día nacional de unión y de reivindicación", señaló en Lima el presidente Alan García.
"Mi mensaje fundamental es de tranquilidad. Estamos preparados, sabemos que tenemos la razón y estamos trabajando fuertemente. (...) Estamos trabajando con seriedad y hace tiempo este tema, preparados, y lo más importante de todo es que éste es un tema país, un tema de Estado y que reúne a todos los chilenos", señaló por su parte desde la India, donde está de visita oficial, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.
Perú demandó a Chile ante La Haya porque considera que los límites marítimos no están fijados y que deben establecerse entonces en el marco de la Convención del Mar.
Santiago dice que sí están fijados y son los vigentes en la práctica, enmarcados en acuerdos firmados en 1952 y 1954. Para Lima, esos dos textos no tienen alcance delimitatorio.
Según el Perú, con la situación como está en la actualidad Chile desconoce 28.471 kilómetros cuadrados suyos, a los que califica de "alta mar". Si la corte le da la razón, el país tendría en total 37.900 kilómetros cuadrados más de espacio marítimo.
A partir de ayer, Chile dispone de un año para presentar la contramemoria que refute los argumentos peruanos o de tres meses para plantear un recurso de excepción que cuestione la competencia de La Haya para ver el caso.
En ambos lados las especulaciones y análisis apuntan a que Santiago recurrirá al último mecanismo con el argumento de que los tratados son irrevisables. Si tal cosa sucede, la Corte tendrá que pronunciarse. Si se declara incompetente, el caso estará cerrado. Si no, Chile tendrá que presentar su contramemoria, luego habrá una dúplica de Lima y una réplica de Chile, tras lo cual se pasará a la parte oral previa al fallo.
Todo esto en un proceso que según los expertos difícilmente tardará menos de cinco años. En el Perú la unidad es monolítica. Todas las fuerzas políticas del país, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, hicieron explícito el apoyo a la posición del Estado, al margen de las diferencias que tienen sobre, entre otras cosas, cómo encarar las relaciones con el vecino con que más tensiones se generan.