Hay un mar de dudas con el futuro de Gigantes del Sur, pero si se trata de su despedida, se irá con una victoria emocionante: anoche cortó una racha que parecía interminable y venció al enorme Bolívar, por 3-2. El conjunto bonaerense le había ganado 21 veces seguidas, pero todo tiene un final...
Ahora la, la "semi" de la Liga Argentina de voley está 2-1 para los de Javier Weber, pero la historia seguirá mañana en el "Jorge Águila", que lució como nunca (ver aparte).
Con una gran defensa, el local edificó un incuestionable 25-18 en el arranque del juego. Los bloqueos de Javier Sánchez y Matías Macor funcionaron a la perfección, se llegó al descanso arriba 8-3 y a partir de ahí todo fue más fácil. La visita se acercó de la mano de Alejandro Spajic, pero Gigantes no se desconcentró y desde el servicio cerró el parcial.
El segundo arrancó parejo, aunque el visitante dio las primeras señales de recuperación con el 8-7. Con el saque de William como arma fundamental, el 16-12 marcó un quiebre definitivo en el parcial, que se resolvió con un cómodo 25-21.
La garra y categoría de Gigantes reaparecieron en el tercero. El equipo de Alejandro Grossi se asemejó más al del primer set y se quedó con el primer técnico por 8-4. Bolívar reaccionó y con una buena recepción más el aporte de Wallace en al red pasó a ganar 15-16.
La paridad en el juego se dio hasta el 22-22 cuando Gigantes puso el 2-1, con una contra de Estevan Cabrera y un ataque de Leo Patti, que sentenciaron el 25-23.
Las tribunas ardían y más cuando el sexteto neuquino sacó la primera brecha del cuarto set (10-8). Sin embargo dos aces de Wallace le simplificaron las cosas al múltiple campeón, que otra vez se metió en partido.
Gigantes se ordenó y logró acercarse 20-21. Javier Weber pidió tiempo y sus jugares le respondieron en la cancha ya que una contra de Filardi y otra de Wallace marcaron el 25-21 y la posibilidad de jugar el tie berak.
En el punto a punto, Bolívar se encaminó a la victoria (12-9). Sin embargo llegó la reacción, Patti se agigantó, Cabrera lo copió y llegó la gran victoria. ¿Repetirá mañana? Ahora, todo es posible.