SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El director del hospital Zonal, Felipe De Rosas, anticipó su renuncia al cargo y acordó con la ministra Cristina Uría un "proceso de recambio" consensuado con la comunidad hospitalaria, que el martes realizó la primera reunión de los jefes de área para evaluar la situación.
El nosocomio y el servicio de Salud Pública de la ciudad atraviesan una severa crisis signada por la falta de personal, la carencia de infraestructura -provocada por demoras en las obras públicas- y la estrechez de recursos presupuestarios para hacer frente a la creciente demanda de atención.
La institución arrastra una deuda de $1,9 millón, producto del desfase entre lo presupuestado y lo recibido durante 2008, y enfrenta el año en curso con una asignación sensiblemente menor a lo solicitado. La conducción estimó un presupuesto de gastos cercano al $ 1.300.000 pero el Ministerio de Salud le comunicó que, al menos durante el primer cuatrimestre, no habrá cambio en las partidas hospitalarias y giró unos $ 400.000 por todo concepto.
Junto al director anticiparon su renuncia la jefa del Servicio de Atención Médica, María Marta Puga, y el titular de los Centros de Salud, que comprometieron la continuidad de la gestión por un lapso de uno o dos meses más para favorecer el "proceso de recambio" acordado con Uría.
De Rosas aseguró que su alejamiento no se limita al problema económico y que "el planteo no es si me dan la plata me quedo". El médico explicó que el factor determinante es el desgaste sufrido en tres años y medio de gestión como director y los tres años anteriores al frente del DAPA que "provocaron una especie de cansancio personal, situaciones familiares y situaciones con el equipo de trabajo" que no puede sostener.
En tal sentido aclaró que "la intención no es agregar una crisis a la situación crítica (que enfrenta el nosocomio)" y confió en que la institución cuenta con el recurso humano y la experiencia para producir una renovación de autoridades. De Rosas consideró que el proceso planteado es "saludable" y sostuvo que "la renovación de autoridades debe ser parte de un proceso cíclico y no esperar a estar muerto para producir un recambio en la conducción".
El desgaste se profundizó con la percepción de que las autoridades de Salud no tienen el mismo compromiso profesional y afectivo que pone el equipo de trabajo del "Ramón Carrillo" para solucionar los problemas cotidianos y las dificultades "macro" provocadas por la estrechez económica.
El hospital zonal arrastra carencias de personal y estructura que obligan a los trabajadores profesionales y técnicos a hacer malabares para sostener la atención cotidiana en un contexto complejo, caracterizado por la saturación de los servicios médicos de la ciudad y el aislamiento respecto de otros centros urbanos.
La falta de camas y de infraestructura adecuada para atender la demanda es un reclamo de vieja data que afecta por igual a los sectores público y privado de la salud.
El servicio de salud Pública requiere obras fundamentales como la segunda etapa del edificio nuevo, que aportará las camas reclamadas desde hace años para suplir el déficit de internación de la ciudad, y los centros de salud de los barrios Las Quintas, Nahuel Hue y Frutillar.