BUENOS AIRES (DyN).- La cámara baja aprobó anoche con fuerte mayoría oficialista y giró al Senado el proyecto de adelantamiento de las elecciones nacionales, impulsado por el gobierno.

La iniciativa fue aprobada por 136 votos afirmativos, 109 negativos y 8 abstenciones (el bloque del espacio SI). El proyecto fue debatido durante nueve horas de previsibles y a veces tediosos discursos, y tras un acuerdo de los jefes de los bloques para acortarla lista de oradores se votó cerca de las 21. Al final hablaron los jefes de los bloques, como Adrián Pérez (CC), Federico Pinedo (PRO), Oscar Aguad (UCR) y cerró Agustín Rossi (FPV), quienes ratificaron en líneas generales las oposiciones adelantadas durante la jornada.

Hoy, el proyecto será tratado en la comisión de Asuntos Constitucionales de la cámara alta, donde el oficialismo espera llevarlo al recinto la semana próxima (ver aparte).

El peronista bonaerense Jorge Landau fue el miembro informante por el oficialismo que recordó que en 2004 se propició la unificación de las fechas electorales y afirmó que con su propuesta el Ejecutivo busca "restaurar el principio rector indispensable de la convergencia de las elecciones". Negó que el proyecto altere el marco normativo de los comicios y remarcó que "las reglas de la competencia electoral no se modifican, es falaz e inexacto que se diga otra cosa".

La sesión especial convocada por el bloque del Frente para la Victoria se inició a las 11:30 con 129 diputados en el recinto, el quórum justo y necesario para habilitar el tratamiento de la propuesta gubernamental.

El oficialismo contó con sus propios diputados y sumó a los integrantes del Frente Cívico por Santiago, los radicales K de la bancada de la Concertación, tres del Movimiento Popular Neuquino y legisladores de expresiones unipersonales.

El kirchnerismo precisaba 129 votos para aprobar la iniciativa, de acuerdo con lo que exige la Constitución nacional para modificar el Código Electoral.

En el debate, las quejas y las acusaciones de la oposición giraron en torno a que el efecto de la medida implica un manoseo de las instituciones y que las razones de la jugada K fueron la defensa de intereses políticos del gobierno y evitar una amplia derrota electoral en octubre. Mientras, desde el oficialismo se argumentó que con las elecciones en junio se saldrá antes del clima de beligerancia que implica una campaña electoral además de evitar gastos.

Un exabrupto fuera de micrófono del diputado cordobés Jorge Montoya (Unión Peronista), dirigido a Patricia Bullrich (CC), detuvo por unos minutos el debate .

Luego de que Bullrich criticara con dureza el adelantamiento, aludiendo a la "poca transparencia" electoral en Córdoba que hizo que la Legislatura estableciera la boleta única, se le acercó Montoya para decirle "atorranta" y sugerirle "que se cuide antes de hablar" de su provincia. La diputada radical Silvana Giúdici pidió la palabra para denunciar la actitud de Montoya, que consideró ofensiva para las mujeres. Montoya encendió el altavoz y confesó ante el plenario que le había dicho a Bullrich "atorranta" pero aseguró que "no amenacé a nadie". A su vez, le negó a la diputada de la CC "autoridad moral para hablar de Córdoba" por ser "una de los principales responsables" del gobierno de De la Rúa. Bullrich planteó una cuestión de privilegio en la Cámara.

En tanto, Rossi señaló que "el proyecto que envió la presidenta es con mucho sentido común. Era necesario acortar el tiempo de tensión política en Argentina para tener un segundo semestre más tranquilo a nivel político y social ante la crisis internacional".

Para Federico Pinedo (PRO), "esto no es un tema de interés nacional. Un bloque que ha sido elegido con el 60% y ahora gana la votación por cuatro votos, es una debilidad".

Por su parte el peronista disidente Felipe Solá aclaró que "los gobiernos provinciales han puesto una fecha (para sus comicios) sin adelantar nada" reclamó "discutir la boleta única" como parte de una reforma política.

Para Claudio Lozano (Proyecto Sur) la propuesta del gobierno es "un verdadero mamarracho institucional" y alertó que "este tipo de debate aleja a la sociedad del sistema político".

Mientras, el ex kirchnerista Miguel Bonasso dijo que "si no violaron la ley, no hay nada de malo en lo que hizo Cristina Fernández, Macri o Binner".