Martes 17 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 34 > Policiales y Judiciales
Fritzl se dijo inocente del crimen de su hijo-nieto
Primer día del juicio contra el austríaco que secuestró y violó por 24 años a su hija en el sótano de su casa. Negó la acusación de homicidio y secuestro. Sí aceptó la de incesto y violación.

El austríaco Josef Fritzl, acusado de incesto, violación repetida y privación de libertad continuada, entre otros cargos, se declaró ayer culpable de violación e incesto, pero negó los cargos de esclavitud y de uno de los siete bebés procreados con su hija Elisabeth, a quien mantuvo encerrada durante 24 años.

En el primer día del esperado juicio, 200 periodistas de todo el mundo cubrieron la información.

"¡No culpable!", exclamó el llamado "monstruo de Amstetten", de 73 años, cuando se lo acusó de homicidio con el agravante de denegación de ayuda por la muerte del bebé, al que se le privó de tratamiento médico en el sótano donde estaba cautivo.

Fritzl mantuvo encerrada a su propia hija durante 24 años, sin que pudiera ver la luz del sol, en el sótano de su vivienda de Amstetten. Allí la violó constantemente y tuvo con ella siete hijos, de los que uno enfermó gravemente. Según la acusación, el hombre dejó morir al bebé, negándole tratamiento médico, porque temía que sus crímenes fueran descubiertos. Tres de los hijos-nietos de Fritzl permanecieron en el sótano con su madre, en tanto que los otros tres fueron adoptados por Fritzl y su esposa.

Fritzl también se declaró "no culpable" ante el cargo de esclavitud. En cambio, aceptó su culpabilidad total o parcial respecto a las acusaciones de violación, incesto y privación de libertad. Sus respuestas fueron pronunciadas en voz baja pero firme.

"Se trata de la actuación de una persona, no del crimen de toda una localidad, ni de toda una nación", subrayó la juez presidente del tribunal, Andrea Humer, al inicio de la sesión.

Luz, moho, violación

La fiscal, Christiane Burkheiser, hizo hincapié en la crueldad. Contó que, bajo un pretexto, Fritzl hizo bajar en 1984 a su hija Elisabeth, de entonces 18 años, al sótano sin ventanas preparado anteriormente por él. Allí la encadenó y la violó por años. Burkheiser afirmó que, durante nueve meses mantuvo a su hija en el ambiente completamente oscuro y sin ventanas como si fuera una esclava. "Llegaba, la poseía y se volvía a ir". Pasados los años, Fritzl amplió el sótano en dos pequeños cuartos más debido al nacimiento de los niños. "Luz apagada, violación, luz encendida, moho", indicó, para describir la rutinaria vida de Elisabeth.

La fiscal informó de manera especialmente detallada sobre el caso del mellizo Michael, nacido en 1996, que murió poco después de su nacimiento debido a una enfermedad en las vías respiratorias. A pesar de las desesperadas súplicas de su hija, Fritzl se negó a llevar al bebé a una clínica. El niño murió días después y fue incinerado en una estufa por Fritzl.

Sin embargo, el abogado de Fritzl, Rudolf Mayer, rechazó que su mandante fuera tildado de "monstruo". Afirmó que él mismo fue insultado y amenazado en varias oportunidades por defender a Fritzl. Añadió que Fritzl no actuó por puro instinto sexual, sino porque deseaba tener una segunda familia. Pidió al jurado "seguir el desarrollo del proceso sin prejuicios. Si lo hubiera hecho sólo por el sexo, no habría tenido hijos".

Mayer rechazó los cargos de esclavitud contra Fritzl, ya que dijo que ésta comprende un afán de lucro del esclavista. También rechazó los cargos de asesinato del bebé. "En esos días Fritzl bajó varias veces al sótano para echar un vistazo al niño", señaló.

En caso de ser declarado culpable de homicidio, Fritzl se enfrenta a una condena de cadena perpetua. En el caso de los demás cargos, la pena máxima es de 15 años. Durante los próximos días está previsto que testifique su hija Elisabeth, mediante un mensaje de video de 11 horas de duración, que no estará abierto al público a fin de proteger la privacidad de las víctimas.

Se espera que la sentencia sea pronunciada este viernes. (DPA y otras agencias)

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