Martes 17 de Marzo de 2009 Edicion impresa pag. 42 > Cultura y Espectaculos
El mundo secreto de los secundarios
Laurent Cantet preestrenó "Entre les murs" en Pantalla Pinamar. El director francés aborda la escuela secundaria en el filme. Cree que mientras rechacen a hijos de inmigrantes habrá violencia.

Pinamar (dpa).- "Mientras los jóvenes hijos de inmigrantes en Francia no se sientan queridos por la sociedad, debemos esperar más actos de violencia" como los enfrentamientos en los suburbios franceses del 2005, señaló Laurent Cantet, director de "Entre les murs", ganadora de la Palma de Oro en Cannes.

Desde su ópera prima, "Recursos humanos", que daba cuenta de las grietas del sistema capitalista a través de la tensión entre un padre y un hijo que trabajan en la misma fábrica, no hay pilar de la sociedad que el director francés no se haya animado a hacer tambalear con sus películas. Temas como el trabajo, la familia y la sexualidad fueron abordados en filmes como "El empleo del tiempo" y "Vers le Sud".

En "Entre les murs", candidata al Oscar a la mejor película extranjera, preestrenada en la Argentina en el marco de la muestra de cine Pantalla Pinamar, Cantet colocó bajo la lupa la escuela secundaria, ese "mundo secreto" en que los alumnos "pueden ser ellos mismos entre los muros", según dijo en entrevista con un grupo reducido de periodistas en el balneario argentino. Para ello, trabajó durante varios meses con un grupo de 25 alumnos del instituto Francoise Dolto del distrito 20 de París, donde los padres de la mayoría de los chicos provienen de ex colonias francesas de África y el Caribe. En talleres abiertos organizados junto a Francois Begaudeau, el profesor en cuya novela se basa "Entre les murs", Cantet fue creando los personajes con los aportes de los mismos adolescentes que terminaron actuando en la película. "Más allá de que abordo la problemática de la inmigración, de la autoridad y la disciplina, lo que quería era hablar de ciertos problemas que la sociedad debería mirar más de frente", señaló Cantet. "Qué significa pertenecer a una comunidad? ¿Qué siente esta gente que está tratando de vivir un poco mejor en un país que no es el propio y no se sienten queridos por esa sociedad?".

El director afirmó que si bien cree que los disturbios protagonizados por hijos de inmigrantes en los "banlieue" franceses deben ser relativizados porque "tampoco es que hubo una guerra civil", como reflejaron ciertos medios, "mientras ellos no se sientan queridos por la sociedad habrá que esperar más hechos de violencia de este tipo".

Es por eso que "hay que escucharlos y hay que hacerlo ahora, en un momento de calma, para poder actuar, si no nos estamos encaminando a problemas mucho más graves", agregó.

Cantet se planteó su película como un contrapunto de los filmes que muestran la relación profesor-alumno dentro de un aula, donde suele haber un profesor más o menos autoritario e inteligente que llega a una escuela para impartir clases y se limita a esa función. Es por eso que Francois Begaudeau, el maestro en que se basa la historia y que hace de sí mismo, está siempre dudando y en constante lucha con sus propios prejuicios y contradicciones.

"La escuela no debe sólo transmitirle conocimientos a los chicos, sino ayudarlos a razonar y encontrar su lugar en la sociedad. Por eso me pareció importante que fuera un profesor de francés, porque la lengua es una de las principales herramientas de integración", indicó.

Laurent Cantet contó que, mientras los filmaba, los adolescentes fueron capaces de estar sentados durante seis horas, trabajando y reflexionando para componer el filme. "Los profesores estaban celosos porque no podían creer lo entusiasmados y concentrados que estaban los chicos, cuando con ellos no lograban mantener la atención durante más de tres minutos", apuntó Cantet. "La lección que se puede sacar de esto es que, si lo que se hace con los alumnos tiene sentido, uno puede pedirles lo que quiera".

Según explicó, una de las funciones de su filme es denunciar la estigmatización de la juventud. "Lo que pasa es que le tenemos miedo a los jóvenes, a su energía pero también a su inmadurez".

Asimismo, señaló que hay muchas fantasías relacionadas con la idea de la sociedad francesa como una sociedad incluyente basada en los pilares de la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad. "Eso pudo haber sido así en algún momento, pero la realidad actual es otra. Esta idea tan magnificada de nuestra cultura es casi intocable. Pero la cultura es algo que evoluciona a diario: Francia es la lengua de Molière pero también la de Esmeralda (una de las protagonistas del filme), pero muy pocas personas son capaces de aceptar eso".

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