| ||
El "monstruo de Amstetten" se declaró culpable | ||
Josef Fritzl, quien concurrió a la audiencia cubriéndose el rostro, admitió los cargos de incesto, violación y secuestro. Sin embargo rechazó la acusación por la muerte de uno de los niños. El austríaco violó a su hija y la mantuvo cautiva por 24 años. | ||
El austríaco Josef Fritzl, quien mantuvo cautiva durante 24 años a su hija Elisabeth en el sótano de su casa y con quien tuvo siete hijos producto de violaciones, se declaró hoy inocente de la acusación de homicidio de uno de los siete bebés, aunque admitió su culpabilidad respecto del abuso sexual, incesto y privación de libertad. Durante el juicio que se le sigue en la ciudad de St. P"lten, capital de la provincia de Baja Austria, a donde llegaron unos 200 periodistas de todo el mundo, la fiscal, Christiane Burkheiser, hizo hincapié en la especial crueldad del caso. Contó que, bajo un pretexto, Fritzl hizo bajar en 1984 a su hija Elisabeth, de entonces 18 años, al sótano sin ventanas preparado anteriormente por él en su casa de la localidad austríaca de Amstetten. Allí la encadenó y la violó en reiteradas ocasiones. Burkheiser afirmó que, durante nueve meses, mantuvo a su hija en ese ambiente completamente oscuro y sin ventanas como si fuera una esclava. "Llegaba, la poseía y se volvía a ir", dijo la fiscal, quien relató que pasados los años, Fritzl amplió el sótano en dos pequeños cuartos más debido al nacimiento de los niños. La fiscal informó de manera especialmente detallada sobre el caso del mellizo Michael, nacido en 1996, que murió poco después de su nacimiento debido a una enfermedad en las vías respiratorias. A pesar de las desesperadas súplicas de su hija, Fritzl se negó a llevar al bebé a una clínica, por lo que el niño murió pocos días después y fue incinerado en una estufa por Fritzl, relató la fiscal. Por este episodio, el austríaco de 73 años fue acusado de homicido, aunque él negó este cargo. "¡No culpable!", exclamó el ahora conocido como "monstruo de Amstetten". De los siete hijos que el austríaco tuvo con su hija, tres permanecieron en el sótano con su madre y los otros tres fueron adoptados por Fritzl y su esposa, ya que hizo creer que su madre los había abandonado. Su doble vida salió a la luz el 26 de abril de 2008, cuando permitió a Elisabeth abandonar su prisión para poder ocuparse de su hija mayor, Kerstin, que había ingresado unos días antes en una clínica de la localidad y se hallaba gravemente enferma. Fritzl rechazó además el cargo de esclavitud, aunque aceptó su culpabilidad total o parcial respecto de las acusaciones de violación, incesto y privación de libertad. Sus respuestas fueron pronunciadas en voz baja pero firme, informó la agencia de noticias DPA. Durante la audiencia, Fritlz contó que tuvo una "infancia muy dura". "Mi madre no me quería; ya tenía 42 años y no quería un niño, y me trató en consecuencia, me golpeaba", dijo al tribunal, presidido por la jueza Andrea Humer. Según su relato, para escapar a los golpes, se ocultaba detrás de la máquina de coser y la leña para el fuego. A los 12 años le hizo entender que ya no aceptaría ser maltratado: "Desde ese momento -contó- para ella era Satanás". El abogado de Fritzl, Rudolf Mayer, rechazó que su mandante fuera tildado de "monstruo" y afirmó que él mismo fue insultado y amenazado en reiteradas oportunidades por defenderlo. Según Mayer, un reconocido abogado austríaco, Fritzl no actuó por puro instinto sexual, sino porque deseaba tener una segunda familia. Ya antes del juicio, el abogado manifestó sus esperanzas de que el jurado olvide todo lo que hubiera leído previamente sobre Fritzl para "seguir el desarrollo del proceso sin prejuicios". "Si lo hubiera hecho sólo por el sexo, no habría tenido hijos", defendió el abogado, que rechazó los cargos de esclavitud contra Fritzl, ya que dijo que la esclavitud comprende un afán de lucro. También rechazó los cargos de asesinato del bebé. "En esos días Fritzl bajó varias veces al sótano para echar un vistazo al niño", señaló. Fritzl llegó esta mañana a la sala escondiendo su rostro detrás de una carpeta azul, vestido con un abrigo gris claro y un pantalón gris oscuro. En caso de ser declarado culpable de homicidio, Fritzl se enfrenta a una condena de cadena perpetua, mientras que por los demás cargos, la pena máxima es de 15 años. El proceso contra Fritzl durará hasta el viernes, cuando se espera se leerá la sentencia. La declaración de su hija Elisabeth de 43 años se hará en los próximos días mediante un mensaje de video de once horas de duración, que no será difundido al público a fin de proteger la privacidad de las víctimas. Ni ella ni sus hijos, fruto del incesto, comparecerán en el juicio y, de acuerdo con la agencia de noticias Ansa, pidieron escapar al acoso de los medios de prensa y solicitaron una nueva internación en la clínica psiquiátrica regional de Amstetten-Mauer, donde habían sido hospitalizados después de ser liberados. La sala de audiencias es pequeña y alberga a menos de 200 personas, entre ellas 95 periodistas acreditados, que tuvieron que dejar en la entrada cámaras fotográficas y teléfonos celulares. Sólo el canal televisivo austríaco ORF está autorizado a filmar el juicio. La jueza Andrea Humer pidió a los periodistas respeto por las víctimas y subrayó que "este no es un juicio a un lugar o a toda una nación" y destacó que Fritzl tiene derecho a un juicio justo y de "rigurosa objetividad".
Télam.- | ||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||