La joven de 22 años que permanecía internada con muerte cerebral producto de un aborto clandestino, murió en las últimas horas, confirmó esta mañana el subdirector del Hospital Español de Mendoza, Carlos Bernasconi. Bernasconi dijo a DyN que la joven falleció anoche, a las 23.15, por un "paro cardiorrespiratorio mientras era asistida" por "un empeoramiento de su estado general".

Además, informó que el cuerpo fue retirado por Policía Científica y Criminalística para ser llevado al Cuerpo Médico Forense, para realizar los estudios pertinentes. Romina Gálvez estaba embarazada de cuatro meses cuando decidió interrumpirlo acudiendo a una partera que le introdujo un elemento punzante para inducir un aborto. Ello le provocó una infección generalizada.

El hecho ocurrió el viernes pasado, y 48 horas después, sus familiares decidieron llevarla hasta el hospital Paroissien, de Maipú, donde, por la gravedad en la que se encontraba, decidieron trasladarla hasta el hospital Español, donde le extirparon el útero.

La descompensación que padeció derivó en su muerte cerebral, lo que obligó a los especialistas a internarla en terapia intensiva hasta anoche, cuando falleció. Según especialistas, el 28 por ciento de la mortalidad materna tiene su causa en la práctica de abortos clandestinos.

En tanto, desde 1991 a la fecha, según estadísticas nacionales, la tasa de mortalidad materna se mantiene entre 44 y 48 por cada 100 mil nacidos vivos, y, la principal causa, los abortos inseguros.

DyN